Cuáles fueron los objetivos colonialistas de los países europeos para conquistar países asiaticos
y africanos
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
Colonialismo en Asia
Durante los siglos XIX y XX, Asia y África estuvieron dentro de la expansión del imperialismo. Los viejos imperios asiáticos eran considerados por las potencias europeas como lugares importantes para desarrollar el comercio.
En Asia, los antiguos imperios de China y de Japón, que habían permanecido cerrados a las influencias occidentales, sufrieron las intervenciones de grandes potencias como Rusia, Inglaterra, Francia y Estados Unidos de América, entre otras.
Principales colonias en Asia
Asia siempre había representado para Europa una tierra exótica y llena de riquezas que los grandes mercaderes distribuían en las ciudades europeas. Sin embargo, en el siglo XIX, muchas regiones de Asia fueron colonizadas como producto del imperialismo, ya sea mediante intervenciones militares o de acuerdos económicos que las convirtieron en dependientes de Francia, Inglaterra, Países Bajos, España, Rusia y Estados Unidos de América.
Francia dominó la región de Indochina, en el Sureste Asiático; compuesta por los países actuales de Laos, Camboya, Tailandia y Vietnam.
Inglaterra dominó la India, considerada como la colonia más preciada y nombrada como “la joya de la corona”; Birmania, que rivalizó con la expansión francesa por la región de Indochina; el centro y sur de Malasia y Singapur.
La India fue especialmente importante para el dominio de Inglaterra, ya que lo proveía de diversas materias primas, como el algodón o el té, además de ser un destino donde muchos ingleses se establecían para trabajar o montar industrias. También su posición geográfica le permitía controlar el océano Índico y de ahí competir con Francia por el Sureste Asiático.
Otras potencias dominaron regiones de menor extensión, como Países Bajos que controló Indonesia; España tenía un control sobre Filipinas; Portugal colonizó el actual territorio de Timor Oriental: Alemania tenía bajo su dominio diversas islas, entre ellas las Marshall, las Salomón, las Carolinas y las Marianas; Rusia se interesó por territorios en Asia Central como el Turquestán y al oriente como Manchuria.
Estados Unidos de América no dominó territorialmente como lo hizo Europa. Sin embargo, impulsó tratados comerciales para activar el comercio con Asia, sobre todo con la región oriental de este continente.
El caso de la dominación de China fue muy peculiar, ya que su gran extensión territorial provocó que se establecieran formas diferentes de control por las potencias. Ejemplo de ello fueron las políticas de concesiones, zonas de influencia, o bien, extensiones de terrenos que el gobierno rentaba a los países extranjeros.
Japón también tuvo un destino diferente, ya que, como recordarás, se occidentalizó a mediados del siglo XIX mediante las Reformas Meiji. Esto le permitió entablar acuerdos comerciales con las potencias imperiales y lograr un desarrollo industrial que, incluso, llegó a igualarlas y rivalizar con ellas.
Colonialismo en África
El continente africano permaneció aislado durante varios siglos, los europeos solo conocían la parte del Mediterráneo y de la costa atlántica. Hacia el sur de la costa mediterránea se encontraba un conglomerado de clanes y tribus, algunas nómadas y otras sedentarias, con lenguas diferentes, tradiciones distintas y con organizaciones políticas que iban desde la vida en común hasta imperios y Estados sujetos a un soberano.
Sus principales actividades eran la agricultura y la ganadería que, carentes de elementos técnicos, estaban dedicadas al autoconsumo. Es por todo lo anterior que África representaba un gran mercado para las potencias europeas; además, sus débiles formas de organización política y económica la hacían muy fácil de colonizar.
La riqueza de África estaba en sus grandes extensiones de llanuras para el cultivo; en sus maderas preciosas, como la caoba y el ébano; y en sus yacimientos de oro, diamantes, uranio, cobre, entre otros. En el desierto del Sahara existían reservas de petróleo y gas natural, además, los ríos y los lagos constituían una fuente de energía hidroeléctrica.
Principales colonias en África
Las potencias europeas que colonizaron África fueron Inglaterra, Francia, Alemania,
Portugal, España, Bélgica e Italia.
Inglaterra se apropió de la franja territorial que iba de norte a sur en el oriente de África, desde Egipto hasta Sudáfrica. Su objetivo fue conectar el mar Mediterráneo con la India. Así dominaron Sudán, Nigeria, Somalia, Kenia, Uganda y Rodesia, región que comprende los actuales Estados de Zambia y Zimbabue.
Francia dominó el norte y área centro occidental de África: Argelia, Senegal, Niger, Costa de Marfil, Benín, Congo Superior, Gabón, Túnez, Mauritania y Marruecos. Alemania ejerció dominio sobre Ruanda, Burundi, Camerún y Togo, los extensos territorios de África del Suroeste y Tanganica. Italia dominó Eritrea, Somalia, Libia y Etiopía. Portugal tenía como colonias Guinea-Bissau, Cabo Verde, Angola y Mozambique. España dominó el Sahara Occidental, Guinea y parte de Marruecos. Bélgica colonizó al Congo