Historia, pregunta formulada por esmeraldagamez1314, hace 6 meses

cuales fueron los logros de la dinastías XIX durante el Gobierno de Ramsés ll en el período que se denomina imperio nuevo ​

Respuestas a la pregunta

Contestado por LuisJohnson
1

Respuesta:

1. Acabar con el fraude

2. Ejército de funcionarios

3. Paz exterior

4. Control religioso

5. Constructor

6. Culto a la personalidad

7. Problemas sucesorios

Explicación:

1. Acabar con el fraude

La admi­nistración de justicia en tiempos de Ramsés se caracterizó por su enorme hincapié en erradicar los abusos de los recaudadores de im­puestos, que, en caso de insolvencia del campesino, ya no podían embar­garle los bienes, como sucedía en épocas anteriores.

2. Ejército de funcionarios

Ramsés II contó con una maquinaria impositiva y administrativa, en manos de un auténtico ejército de escribas, que estaba perfectamente engrasada en virtud de los esfuerzos de sus predecesores. Además, las minas de oro de Nubia y las cercanas al mar Rojo, un monopolio del Estado, trabajaban a pleno rendimiento para alimentar las arcas públicas.

3. Paz exterior

Durante los dos primeros decenios de su reinado, el faraón trabajó con empeño para sentar las bases de una paz duradera con los pue­blos limítrofes más problemáticos: firmó un tratado de paz valiosísimo con los hititas después de la batalla de Kadesh y alzó una serie de fortificaciones en su fronte­ra occidental para mantener a ra­ya a los libios. Esa relativa paz exterior sirvió para dar un impulso al comercio exterior, que era un monopolio estatal y un actividad imprescindi­ble para un país tan peculiar como Egipto –un oasis en el desierto que carecía, por ejemplo, de minas de hierro suficientes–.

4. Control religioso

En el interior del país, desde un principio mitigó las intrigas del gran poder fáctico dentro de Egipto: los riquísimos sacerdo­tes del templo de Amón en Tebas. Nada más ascender al trono, el faraón consi­guió que fuera elegido su candidato, Nebunenef, en el puesto de sacer­dote supremo. Y otro golpe de efecto más para alejar a los sacerdo­tes de las intrigas del poder fue el traslado de la capital desde Tebas a la nueva Pi-Ramsés.

5. Constructor

Abu Simbel, el Rameseo, Luxor... Ram­sés II probablemente construyó co­mo ningún faraón lo había hecho. Trabajar en los monumentos estatales era una obligación de todo ciudadano, pero, como se encargó de dejar por escrito Ramsés II en una de las numerosas estelas, estaba remunerado. No solo edificó monumentos, también construyó pozos de agua a lo largo del desierto que beneficiaron el comercio interior.

6. Culto a la personalidad

Ramsés II construyó templos –o se apropió de ellos– a lo largo y ancho del valle del Nilo y los mandó decorar con relieves que escenificaran lo portentoso de sus hazañas, de su fuerza divina y su ascendiente sobre el resto de mor­tales. Y esa es la fuente principal de su biografía, una vida que despierta polémicas entre los estudiosos, en­frentados en discernir qué es verdad y qué es ficción de todo lo que pue­de leerse en las piedras y en algunos papiros.

7. Problemas sucesorios

Su longevidad fue insólita, y se convirtió, además, en un arma de doble filo. Ramsés II vio morir a nume­rosos familiares, incluidos esposas e hijos. Los colaboradores que le ayu­daron a forjar un férreo estado de prosperidad también fueron desapareciendo. La vejez del faraón le incapacitaba para controlar las irregularidades de sus nuevos funcionarios. También murió el su­mo sacerdote de Amón que había elegido Ramsés, Nebunenef, y su su­cesor, Bakenkhonsu, volvía a crear en Tebas un estado dentro del estado. Con su longevidad, además, Ramsés provocó una especie de desarreglo generacional (el hijo que le acabaría sucediendo, Meneptah, sería coronado a una edad muy avanzada) que derivaría en serios problemas sucesorios para los futu­ros faraones de su dinastía.

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