cuáles fueron los factores económicos que llevaron a la crisis de la República romana.
POR FAVORRRRRRRRRRRR ( QUE SE ENTIENDA PORFA)
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
Tras la muerte del emperador Alejandro
Severo, último de la dinastía Severa,
en el año 235 d.C., Roma sufriría
un convulso período de cincuenta años en los
que el Imperio hubo de lidiar con amenazas
externas e internas, además de sufrir una gran
crisis económica. Esta etapa es conocida como
la crisis del siglo III, la anarquía del siglo III
o la anarquía militar. En estos años, y hasta el
ascenso al trono de Diocleciano en el año 284,
ocuparon el trono veintiséis emperadores, algu-
nos fueron tan efímeros que no llegaron a estar
un año en el puesto. Diversos autores hacen una
subdivisión entre la anarquía militar (235-268)
y los emperadores ilirios (268-284).
Roma ya sufrió una gran crisis económica que,
junto con otros factores, produjo la caída de la
República. Así, desde la elección como tribuno
de la plebe de Tiberio Sempronio Graco en el
año 133 a.C. y hasta la batalla de Actium en el
año 31 a.C. la República se vio inmersa en una
espiral de decadencia cultural, social, política y
económica. De los factores económicos de esta
primera gran crisis habría que destacar la des-
aparición de la pequeña y mediana propiedad,
que produjo el comienzo de los latifundios y
las villas esclavistas, y el comercio a gran escala
debido a la gran expansión romana.
Durante el siglo I d.C. la expansión romana
hace que todas las facetas de la vida dentro
del Imperio gocen de prosperidad, siendo este
el período de la Paz Romana instaurada por
Augusto. En el siglo II d.C. se producen las últi-
mas expansiones territoriales del Imperio, con
la incorporación de las provincias de Dacia y de
Arabia, impulsadas por el emperador Trajano.
Tras la muerte de este, su sucesor, Adriano, opta
por establecer una política defensiva cesando
cualquier expansión más allá del limes romano.
Esta política defensiva produjo una alteración
en su economía. En la guerra, los romanos
obtenían nuevas tierras que tras la conquista
eran adjudicadas a colonos; además, conse-
guían un botín del tesoro capturado al enemigo,
y por último, pero no menos importante para
la economía romana, se hacían prisioneros que
después serían vendidos como esclavos. Si no
había guerras ofensivas no había gran oferta
de esclavos y, por lo tanto, el trabajo que
desempeñaban estos debía de ser sustituido
por otra mano de obra no esclava y, por ende,
era un gasto más en el latifundio. Asimismo,
la irrupción de las ideas cristianas hizo que
la esclavitud fuese condenada por estos al ser
todos los hombres iguales, agravando aún más
la situación.
Otro factor muy importante para explicar la
crisis económica en este período es la gran
inflación que hubo. Los emperadores debían
resistir una cuantiosa cantidad de gastos para
mantener el Imperio, siendo el ejército romano
uno de sus principales benefactores. Además
era necesario mantener una amplia red de fun-
cionarios imperiales y de infraestructuras. Para
hacer frente a los anteriores gastos el Estado
dependía fundamentalmente de los graváme-
nes sobre los patrimonios y las transacciones
comerciales, pero la recaudación de los impues-
tos en un territorio tan extenso era un proceso
complejo y lento.
La moneda romana por antonomasia era el
denario de plata, usada por los Romanos desde
el s. III a.C. tal y como el historiador romano
Tito Livio recoge en el libro XV de Las Períocas
dentro de su obra Ab vrbe condita: Tunc primum
populus R. argento uti coepit1. El denario equivalía
a dos quinarios, a cuatro sestercios, o a diez
ases. El denario comenzó pesando una sexta
parte de una onza (aproximadamente 4,54 gra-
mos), pero tras la Lex Flaminia (217 a.C.) se fijó
en 3,90 gramos y equivalía a 16 ases. Hasta el
año 64 d.C. mantendrá su valor pero a partir
de ese año se fue reduciendo su peso y con el
emperador Septimio Severo (193-211 d.C.) el
peso era ya sólo de 1,70 gramos. El emperador
Caracalla (211-217 d.C.) introdujo el antoniano
(su nombre real se ignora) cuyo valor se fijaba
en dos denarios pero la moneda contenía una
pobre cantidad de plata y una mayor cantidad
de otros metales que produjo su paulatina
depreciación. Gordiano III (238-244 d.C.) hizo
que la nueva moneda sustituyese completamen-
te al antiguo denario de plata, y posteriormente
se acuñó solo con bronce. La devaluación
monetaria incrementó, como es lógico, aún
más la inflación.