¿cuáles fueron los cambios protagonizados por los primeros homínidos que los diferenciaron de los monos primates y de otro animales?
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
Tenemos cerebros extravagantemente grandes que nos permiten construir complicados artefactos, entender conceptos abstractos y comunicarnos usando el lenguaje.
Humanos, chimpancés y gorilas descienden todos de una especie desconocida de homínido extinguida.
En este ancestro, un gen llamado RNF213 comenzó a evolucionar rápidamente.
Esto puede haber estimulado el flujo de sangre hacia el cerebro al ensanchar la arteria carótida.
En humanos, las mutaciones de RNF213 causan la enfermedad de Moyamoya, en la que la arteria es demasiado estrecha, una condición que conduce al deterioro de la capacidad cerebral por falla de irrigación.
Nuestras manos son inusualmente hábiles y nos permiten hacer bellas herramientas de piedra o escribir palabras.
Eso puede deberse en parte a un fragmento de ADN llamado HACNS1, que ha evolucionado rápidamente desde que nuestros ancestros se dividieron de los ancestros de los chimpancés.
No sabemos qué hace HACNS1, pero se activa cuando se desarrollan nuestros brazos y manos.
Nuestros ancestros primates más antiguos comían principalmente fruta, pero especies posteriores como el Australopithecus ampliaron su gusto.
Además de alimentarse con una variedad más grande de plantas, como las hierbas, parece que comieron mucha más carne e incluso que la troceaban con herramientas de piedra.
Más carne supuso más calorías y menos tiempo de masticación.
Los humanos son primates casi lampiños. Nadie sabe por qué, pero ocurrió hace entre 3 y 4 millones de años.
Fue entonces fue cuando evolucionaron las ladillas, que solo pudieron infectar el pubis cuando el resto del pelo había desaparecido.
Expuesta al sol, la piel se oscureció. A partir de entonces, todos nuestros ancestros fueron negros, hasta que algunos humanos modernos dejaron los trópicos.
La saliva contiene una enzima llamada amilasa, fabricada por el gen AMY1, que digiere el almidón.
Los humanos modernos cuyos ancestros fueron agricultores tienen más copias AMY1 que aquellos cuyos ancestros siguieron siendo cazadores recolectores.
Este refuerzo digestivo puede haber ayudado para dar inicio a los cultivos, los poblados y las sociedades modernas.
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