Química, pregunta formulada por neiraluci85, hace 10 meses

cuales fueron las prácticas responsables que debemos asumir para enfrentar algunas epidemias ? alguien urgente ahorita 20 puntos ​

Respuestas a la pregunta

Contestado por angel27santos
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Respuesta:

El fino equilibrio informativo. Informar de manera que se estimulen comportamientos preventivos sin causar la contraproducente alarma social es especialmente complicado. Aún más si la información sobre la extensión de la epidemia va cambiando y por ello, las medidas tomadas hace unos días parecen insuficientes/exageradas dada la situación actual. No estamos especialmente bien equipados para adaptarnos psicológicamente a información que cambia rápidamente y por ello, es importante ser conscientes de que vamos a tener que hacerlo.

2. La importancia del mensajero. Mientras que los científicos y especialmente las profesiones sanitarias se encuentran entre las que generan mayor confianza entre los ciudadanos, los políticos ocupan las últimas posiciones en índices de confianza. Por eso es importante centralizar la información epidemiológica y hasta cierto punto las decisiones, en autoridades sanitarias, cuyo principal interés sea la salud pública.

3. Mantener la confianza aislando la confrontación política. Aunque es inevitable que el debate en los próximos meses se va a centrar en el virus, deberíamos evitar la confrontación política interesada en estos temas y buscar la mayor coordinación posible entre instituciones. Lo ideal sería que quienes tienen responsabilidad de gestionar la crisis no aprovecharan la situación para sacar pecho ni quienes están en la oposición para ganar puntos sobre una mala gestión. Ni políticos bañándose en Palomares y manteniendo actos masivos de los que se pueda sospechar que pueden sacar políticamante crédito ni responsabilizar al decisor por “habernos permitido hacer un acto multitudinario”, parecen las mejores formas de crear confianza.

4. Orientar la información a lo que contribuya a aliviar el problema. De forma similar, los medios de comunicación tienen la responsabilidad de transmitir información realista sin aprovechar el filón sensacionalista que les puede llevar a captar la atención. Hablar constantemente de un tema activa nuestro sesgo por lo inmediato (“availability bias”) y por dar mayor importancia a lo candente (“over-representation bias”). Nuestro sesgo a centrarnos en lo inmediato es especialmente sensible a la cantidad y a la orientación de la información que recibimos. Por ello, centrar la atención en las cifras de afectados y muertos, como si fuera un marcador deportivo cafre, en lugar de en medidas preventivas, no parece lo más estimulante.

5. La responsabilidad individual en la transmisión de información. Cada uno de nosotros somos también responsables de no crear mayor pánico o expandir información errónea, especialmente con el grado actual de conectividad que permiten las redes sociales. Aunque el sentido del humor es una de las pocas alegrías de estos días, separemos bien el reenvío de información contrastada de otro tipo de mensajes que se entiendan que son puramente humorísticos. Filtrar adecuadamente bulos y no contribuir a expandir el pánico es importante.

6. Evitar la discriminación estadística. Los seres humanos tendemos a centrar la atención una única característica, por ejemplo el origen de procedencia, y extrapolamos esa única característica a todos los que la comparten. Esto está llevando a comportamientos racistas hacia grupos concretos (asiáticos en general, italianos),

7. Incapacidad de procesar información en situaciones de stress. Una dificultad adicional para trasmitir información adecuada y tomar buenas decisiones son nuestras limitaciones para actuar de forma correcta cuando entramos en pánico.

8. Expectativas autocumplidas y crisis económica. No parece haber dudas ya sobre las importantes repercusiones económicas que van a tener las medidas de contención de la epidemia. Sin embargo, podemos contribuir a que no sean aún mayores.

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