cuáles fueron las aportaciones de la revolución industrial de rusia
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
La revolución rusa, por ser una experiencia, ha aportado muchos datos al movimiento obrero mundial, y también naturalmente, al movimiento obrero de nuestro país.
Al aportar nuevos datos reales, pone en cuestión, obliga a revisar los conocimientos que forman la teoría del movimiento obrero actual.
Por ejemplo, y vayamos a un punto que está en el centro de todos estos problemas y que proponemos porque ha nacido en los hechos, en la práctica; no es un problema inventado para entretenerse, sino para orientar la práctica, para saber en qué dirección damos el próximo paso.
Los campesinos rusos, les llamaban y les llamamos así, porque el objeto sobre el que trabajan es el campo pero su diferencia con cualquier otro trabajador es solo ésa. Eran trabajadores por cuenta propia en un proceso de trabajo individual.
Un carpintero, con su pequeño taller, es así mismo un trabajador por cuenta propia en un proceso de trabajo individual. Un frágüero, un calafate, una modista, un zapatero, también lo son.
Los campesinos rusos eran la otra pata (así lo decía Lenin), de la revolución, que descansaba en ellos y en los obreros.
Los campesinos rusos plantearon a la revolución muchos problemas, muchos y muy graves. Pero no por trabajar la tierra y producir prácticamente todos los alimentos, sino por la forma en que trabajaban. Exactamente por trabajar por cuenta propia en un proceso de trabajo individual.
Estas dos características eran, ciertamente, lo contrario de la forma de trabajar los obreros, que es por cuenta ajena y en un proceso de trabajo colectivo (muchos trabajadores con tareas combinadas que desembocan en el producto final).
Hemos de recordar que la revolución rusa era, como todas las europeas en aquellas fechas, una revolución obrera.
El ejemplo (el paradigma le llaman los estudiosos, pero significa lo mismo), el esquema, que los obreros y sus organizaciones tienen en la cabeza cuando piensan, planean y proyectan, su revolución, es una empresa capitalista industrial. Y esto es lo que tienen en su cabeza, porque es lo que tienen ante su vista y en sus propias manos cada día.
El modelo de que parten, no se confunde con el modelo al que se quiere llegar; pero, mientras que éste es real, el modelo deseado es más bien un resultado final, cuyos pasos intermedios habrá que ir contrastando con los resultados en la práctica.
Los campesinos, en esto del modelo de la revolución obrera, quedan absolutamente fuera de juego, no va con ellos. Simplemente pactan con el gobierno comunista porque éste les ayuda a mejorar su modelo, que, como hemos visto es prácticamente el contrario que el de los obreros. Es decir, ellos no tienen ninguna participación en la creación del modelo que servirá de ejemplo en la idea central que la revolución maneja sobre la producción.
Los demás ejemplos que hemos reseñado de procesos de trabajo individuales y por cuenta propia (carpinteros, sastres, etc.), existentes en la Rusia de los primeros años de la revolución, tampoco formaban parte de la realidad en que se basaban los obreros para construir su modelo de empresa. Al igual que los campesinos, más bien formaban lo que se podría llamar el antimodelo. Lenin comenzó a señalarlos como lo contrario de lo deseado en la nueva ordenación del trabajo, formando con ellos y los campesinos, un conjunto al que llamaba “la pequeña producción”, y al que atribuía todo tipo de influencias contrarias al curso de la revolución. Stalin, posteriormente, combatió como el peor enemigo esta llamada pequeña producción.
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