Cuáles eran las demandas principales de Los Insurgentes
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Las ideas de los insurgentes de la Independencia de México no ocasionaron el movimiento de 1810 sino que explicaron por qué protagonistas como Miguel Hidalgo o Ignacio Allende decidieron encausar la revolución hacía la formación de una República en la que todos tuvieran los mismos derechos, sin un monarca que se perpetuara por encima de estas libertades.
Así lo aseguró el Doctor en Historia por la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Alfredo Ávila Rueda, quien comentó que "las ideas no hacen revoluciones, las revoluciones las hacen las personas", señaló.
En entrevista con Notimex, el investigador Titular B, tiempo completo, comentó que las ideas no impulsaron a Hidalgo a tomar una decisión revolucionaria, pero si fueron útiles para que él decidiera el camino de la revolución en 1810 y reunir un Congreso, pero no pudo hacerlo porque su movimiento duro poco.
"Fue Morelos quien recupera esa propuesta y establece el Congreso de Chilpancingo y a su vez hace la Constitución de Apatzingán, la cual acoge la división de poderes, derechos para las personas y obligaciones para los ciudadanos", indicó.
Destacó que el origen de la guerra de independencia tuvo diversas causas que se venían arrastrando años atrás, desde políticas, sociales, incluso, climatológicas.
Al hablar sobre las obras y literatura que se leía años previos a la Independencia, Ávila Rueda aseguró que de los artífices del movimiento independentista de 1810, Miguel Hidalgo fue el personaje más culto.
Subrayó que el prócer de la patria, fue un criollo muy ilustrado que leyó a diversos autores, entre ellos a un teólogo francés de nombre Jacques Jacques Sherry, que había escrito una serie de obras para renovar la teología.
También leía literatura francesa del siglo XVII la cual era barroca, no así la del siglo XVIII que era la ilustrada, "en general leía mucha literatura, no tanto de corte político, sino literatura".
Hidalgo era un fanático de las obras de teatro francés, muchas de las cuales tradujo para montarlas en sus parroquias: en San Felipe Torresmocha y Dolores, Guanajuato.
"También leía historia de la música, era un gran melómano, que según su biógrafo más importante, Carlos R. Jon, desde niño, Hidalgo toco el violín. Fue muy culto. Es un buen ejemplo de las lecturas de la época", mencionó.
Por lo que hace a José María Morelos y Pavón, comentó que leía lo que le ponían en el Seminario. "No era un hombre tan andado a las lecturas como Hidalgo; Ignacio Allende había seguido una carrera militar en las milicias de la época, era un miembro de familia de rancheros de manera que su cultura letrada no era tan importante como la de Hidalgo", indicó.
Destacó en la época de la Colonia, se leía la obra de autores españoles, franceses y mexicanos, así como una serie de tratados y panfletos de corte social, político y religioso.
"Lo que más se leía en años previos a la guerra de Independencia era algo intrascendente, se leía mucha literatura religiosa, lo cual no es extraño si consideramos que la religión católica era la única en la Nueva España, sino a través de esa religión se articulaba toda la sociedad y política", expresó.
El académico indicó que la mayor parte de lo que se leía tenía que ver con la teología, desde la vida de santos o el catecismo, hasta lecturas más serias como las historias de la iglesia, la Teoría del Tiranicidio, que era cuando un rey no cumplía con sus obligaciones cristianas, era legitimo quitarlo e incluso asesinarlo.
"Para el caso del Tiranicidio se recurría al teólogo español Francisco Suárez de finales del siglo XVI y que es uno de los que articulo junto con la Escuela de Salamanca, esta doctrina del tiranicidio, pero no solo eso, en la misma Escuela de Salamanca se articuló la Doctrina de los Derechos Naturales", agregó.
Otros autores que eran leídos en esa época eran Francisco Javier Clavijero y su "Historia antigua de México", obra publicada en Italia y de la que solo un par de ejemplares llegaron a México.
"También se leían algunos tratados religiosos escritos en México como tratados en torno a la Virgen de Guadalupe; literatura científica como las obras de José Antonio Álzate, de Díaz de Gamarra, de Joaquín Velásquez de León.
"Obras que hacían análisis científico y pedagógico y que hablaban sobre México, poniéndolo al mismo nivel que los países europeos y que analizaban cosas como el maguey, pulque, tortillas, las pirámides", indicó.
El experto por la UNAM, pugnó por contextualizar las obras antes mencionadas y subrayó de las obras que leyeron los próceres de la independencia influyeron en ellos.
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