¿Cuáles eran las cuatro posturas que se admitían en esa civilizació india
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Respuesta:
Historia de la India
A través de invasiones e imperios, del nacimiento de religiones y la caída de civilizaciones, de grandes saltos hacia adelante e innumerables cataclismos, la India, en palabras del primer ministro Jawaharlal Nehru, ha demostrado ser “un conjunto de contradicciones unidas por unos hilos fuertes aunque invisibles”. Su historia no es la de una nación sino la de una legión de comunidades y culturas que tras siglos de conflictos han hallado mayor fuerza juntas que separadas. La nación resultante es un mosaico cultural, ensamblado con las ideas y comportamientos de algunas de las mayores civilizaciones de Asia.
La civilización del valle del Indo
Este valle, a caballo de la frontera entre la India y Pakistán, es la cuna de la civilización del subcontinente. Sus primeros pobladores fueron tribus nómadas que cultivaban la tierra y tenían animales domésticos. A lo largo de varios milenios, fue surgiendo una cultura urbana, sobre todo desde el 3500 a.C. Hacia el 2500 a.C. ya se habían fundado grandes ciudades, cuyos núcleos se conocieron como cultura harappa, que florecería durante más de mil años.
Las grandes ciudades del período harappa tardío fueron Moenjodaro y Harappa en el actual Pakistán, pero aún puede visitarse Lothal, cerca de Ahmedabad; el precioso y cuidado diseño de su planta permite vislumbrar la sofisticación de esta civilización de hace 4500 años. Las ciudades harappa eran asombrosamente uniformes, pese a estar muy desperdigadas. Hasta sus obras de ladrillo y calles estaban edificadas y trazadas con patrones comunes. Solían tener una acrópolis aparte, lo que sugiere una función religiosa, y grandes estanques, quizá utilizados para abluciones rituales. Las principales ciudades destacaban además por su tamaño; se estima que Moenjodaro llegó a tener 50 000 habitantes en su momento de máximo explendor.
A mediados del tercer milenio antes de Cristo, la cultura del valle del Indo posiblemente estaba a la altura de otras grandes civilizaciones. Los harappa comerciaban con Mesopotamia y desarrollaron un sistema de pesos y medidas. Los objetos recuperados, como maquetas de carretas de bueyes y joyas, constituyen la prueba más antigua de una cultura india propia. De hecho, muchos elementos de la cultura harappa serían asimilados posteriormente por el hinduismo.
Las figuritas de barro halladas en excavaciones sugieren el culto a una diosa Madre (luego personificada como Kali) y un dios varón de tres caras en postura de yogui (al parecer el Shiva histórico) servido por cuatro animales. También se han descubierto columnas de piedra negra (asociadas al culto fálico de Shiva) y figuras de animales (destacando un toro encorvado; más tarde la montura de Shiva, Nandi). En el Museo Nacional de Delhi puede verse la “bailarina”, estatuilla de una joven cuya desenfadada mirada ha aguantado más de 4500 años; indica una sociedad muy desarrollada, tanto por la habilidosa escultura como por manifestar la posibilidad de pasatiempos.
Primeras invasiones y religiones
La civilización harappa entró en decadencia al comienzo del milenio ii a.C. Algunos historiadores atribuyen el fin del imperio a las inundaciones y sequías, que amenazaron su base agrícola. Pese a las escasas pruebas arqueológicas o menciones escritas en los antiguos textos indios, la teoría más aceptada, aunque no exenta de polémica, vincula el fin de los harappa a una invasión aria. Una teoría antagónica asegura que los arios (“noble” en sánscrito) fueron los habitantes originarios de la India. No hay pruebas que evidencien que los arios procedieran de otro lugar, y es incluso cuestionable que fueran una raza distinta, de modo que la ‘invasión’ podría referirse solo a la entrada de ideas nuevas procedentes de culturas vecinas.