Cuales desiertos se pueden encontrar en las zonas de sequía continua?
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La desertificación se define como la degradación de las tierras de zonas áridas, semiáridas y subhúmedas secas, que resulta de factores de origen climático y de actividades antropogénicas como la deforestación, el sobrepastoreo, la expansión de áreas agrícolas hacia áreas frágiles y la sobreexplotación de la vegetación para uso doméstico. La precipitación es escasa o poco uniforme en muchas regiones áridas del mundo; así, muchas áreas carecen de agua suficiente para permitir la vida, excepto en forma limitada. La sobrepoblación humana y de animales intensifica el agotamiento del agua subterránea. La desertificación, el proceso por el cual las tierras se hacen más secas, está aumentando en todo el mundo. Más de 6,100 millones de hectáreas son zonas áridas y semiáridas. El 40 % de la superficie del planeta son tierras secas, parte de las cuales se han convertido en desiertos. Se estima que 70 % de las tierras secas productivas están actualmente amenazadas por diversas formas de desertificación. Esto afecta directamente el bienestar y el futuro de una sexta parte de la población mundial. La desertificación es una ruptura del frágil equilibrio que hizo posible el desarrollo de la vida en las zonas áridas del planeta. El objetivo de este trabajo es abordar el concepto de desertificación para su control.
La palabra "desertificación" apareció por primera vez en 1949 (Intergovernmental Negotiating Committee for the Elaboration of an International Convention to Combat Desertification [INCD], 1994b), al realizar estudios de degradación ambiental en regiones áridas, los cuales describen el reemplazo de los bosques por sabanas en África. Desde el decenio de 1950, diversos organismos de las Naciones Unidas se han preocupado por los problemas de las zonas áridas y semiáridas. En 1974, la Asamblea General de las Naciones Unidas recomendó que la comunidad internacional adoptara, sin demora, medidas concretas para detener la desertificación y contribuir al desarrollo económico de las zonas afectadas. De este modo, en 1977, se convocó a una Conferencia de las Naciones Unidas sobre la desertificación, donde se adoptó el Plan de Acción para Combatir la Desertificación. Después, en la Asamblea General de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente y el Desarrollo, celebrada en 1992, el tema fue nuevamente analizado, aprobándose el Capítulo 12 "Ordenación de los ecosistemas frágiles: lucha contra la desertificación y la sequía" como parte del Programa 21. Finalmente, la Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación en los países afectados por sequía grave o desertificación, compromete a los países signatarios a preparar y ejecutar acciones para combatir la desertificación y mitigar los efectos de la sequía (United Nations Conference on Desertification [UNCOD], 1977). En la actualidad se acepta que la desertificación es un problema que ocurre en las regiones áridas y semiáridas del mundo. El término se usa en un contexto espacial más amplio y se aplica a un medio en el que ocurre cierta degradación de la tierra. Sin embargo, es en las regiones áridas y semiáridas donde, a causa del mal manejo de los recursos naturales, se observa una mayor susceptibilidad al deterioro desencadenando una serie de procesos negativos. Algunos de éstos son: pérdida de suelos por erosión eólica e hídrica, empobrecimiento químico del suelo, reducción del nivel de agua del subsuelo, alteración general del ciclo hidrológico, regeneración natural menor de plantas herbáceas y leñosas, reducción severa de la productividad de los ecosistemas y pérdida de la diversidad biológica.
Existen tres categorías ambientales marcadas por las características climáticas, particularmente por la ocurrencia de lluvia, que definen la susceptibilidad de las regiones áridas de acuerdo con su grado de aridez. Dichas categorías son: época del año en la que la evapotranspiración potencial excede a la precipitación, probabilidad de una alta variabilidad en la precipitación total de un año a otro y probabilidad de eventos de sequía. Puede decirse que la desertificación es el resultado de la interacción de dos sistemas: a) el físico-biológico natural y b) el humano económico-social. Éstos se expresan en una disminución espacial y acusada de la biomasa y de la productividad biológica de los sistemas naturales como bosques, matorrales y pastizales, y humanizados como campos de cultivo, tanto en regadío como en secano (López, 1996).