Cuáles deben ser las actitudes para construir una sociedad con respeto
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
La tolerancia y el respeto son la base para construir una sociedad más solidaria
Explicación:
El mensaje de paz del Niño de Belén debe traducirse en hechos muy concretos que permitan salir del abismo de la incomprensión, la intolerancia, la falta de respeto y la ausencia de diálogo en las diversas esferas de la vida cotidiana.
De un tiempo a esta parte, el ambiente político se ha ido crispando por las posturas contrapuestas y, sobre todo, porque en la puja por el poder priman los intereses personales y grupales, quedando de lado los de la nación. Los ataques e insultos verbales hacia los adversarios son formas de violencia que se expresan a través de las palabras y revelan el grado de desavenencia que existe entre los que tienen la obligación de conducir el país hacia un destino de bienestar.
Esa actitud se transmite a todos los estamentos sociales. La toma de posiciones, no pocas veces, implica comportamientos hostiles en relación con los demás, carentes de un sentido de solidaridad que busque puntos de coincidencia mínimos para construir. El disenso es bueno cuando sirve para enriquecer las perspectivas sobre la realidad, pero es malo cuando es un método para rechazar todo cuanto se hace, incluso lo positivo.
El panorama que dejan en el fin de año estas confrontaciones es de incertidumbres. La sensación es que la marcha es la del cangrejo - hacia atrás- y no hacia un horizonte con señales alentadoras que insuflen ánimo para solucionar los problemas y avanzar hacia metas concretas y planificadas.
La Navidad es un momento propicio para detenerse y mirar el entorno personal y colectivo. Es evidente que echando más leña al fuego de lo que no funciona, solo aumentará la altura de las llamas. Lo que cada quien debe hacer es cooperar para superar las dificultades, encontrar alternativas y lograr consensos que permitan dejar de lado las viejas lacras y proyectarse con esperanza al futuro.
Las herramientas para ese viraje están al alcance de todos. Solo se requiere de voluntad para sumarse a todo aquello que implique dirigir la proa hacia situaciones positivas y gratificantes. Nada es imposible con un espíritu de lucha para derrotar las limitaciones.
Que el Nacimiento del Niño de Belén que trae ternura y concordia a la humanidad sea un augurio de tiempo nuevo para arrinconar los antivalores y disponerse a actuar de otro modo. Diálogo, tolerancia, solidaridad, respeto y comprensión son medios que nos permitirán una mayor calidad de conexión con los demás.
No hay que esperar que los otros depongan sus banderas de intransigencia y rechazo. Cada uno debe ser el que habilite el escenario para que el encuentro fraterno se pueda producir sin las habituales interferencias dictadas por el egoísmo y los intereses mezquinos. Ese es el verdadero sentido de la Navidad.