Religión, pregunta formulada por caballerogomezbrenda, hace 5 meses

¿Cuál será el destino del ser humano?

bien sustentado

segun este texto



Según la visión cristiana, la vida no termina cuando se fenece físicamente sino que se

transforma, para ir a morar en una mansión eterna y celestial.

Para el pueblo cristiano el propósito último es la vida eterna y la vida eterna es Dios mismo conocerlo amarlo y vivirlo

en el resume todas las aspiraciones que pueda tener el ser humano (cf. Jn 6, 40; Jn 17,3) Jesús mismo lo prometió:

Ésta es la voluntad de mi padre: que todo el que ve al hijo y crea en él tenga vida eterna y que yo lo resucite en el

último día.

Cuando Jesús habla de su muerte al mismo tiempo menciona su resurrección. Para él son dos cosas inesperables.

Ante la limitación de lenguaje para definir la muerte y la resurrección empleo bellas imágenes como: la semilla que

se siembra tiene que morir para que brote la planta, del mismo modo, nuestro cuerpo material es enterrado para que

resucite un cuerpo espiritual. Resucitará en un mundo nuevo, donde Dios vivirá con los hombres y las mujeres, y

secar a sus lágrimas y ya no habrá muerte, ni llanto, ni Lamento, ni dolor, pues Dios hará nuevas todas las cosas.

(1Co 15, 36-38. 42-44)

Pablo recuerda a los creyentes, en sus enseñanzas, que los ciudadanos del cielo: esa es su meta, aquí son

peregrinos, están de paso hasta que llegue el momento en que Jesucristo resucitó en la vida eterna.

Pero contrario a lo que se puede pensar si la ciudadanía celestial no sólo se refiere a la vida después de la muerte,

sino que se inicia aquí, en nuestra realidad concreta. Así lo enseñó Jesús en su predicación de las

bienaventuranzas. Ellas iluminan las acciones y actitudes que deben caracterizar La vida cristiana y anuncian a Los

Seguidores de Cristo bendiciones y recompensas porque responden al deseo natural de la felicidad latente en cada

ser humano. De hecho “bienaventurado” significa feliz, dichoso. Dios ha puesto este deseo en el corazón del ser

humano para atraerlo hacia él, pues es el único que lo puede satisfacer.

Quizá ningún Enigma como el de la muerte enfrenta más al ser humano con el interrogante de su destino. Según la

visión cristiana, la vida no termina cuando se fue en ese físicamente, sino que se transforma, para ir a morar en una

mansión eterna y celestial.

Se muere en el cuerpo. No va para volver a otras vidas, no para reencarnar sino para poner fin al paso por la

existencia Terrenal y proseguir hacia el destino definitivo, Dios: Aquel que hizo todo por y para sí mismo.

La cultura predominante en el mundo nos dice que la felicidad está en poseer riquezas y poder, tener éxito y gozar;

Jesús nos la presenta en otros valores: los dichosos de este mundo no son los ricos y los satisfechos en lo material y

superficial, sino aquellos y aquellas que dependen de Dios y cuyo estilo de vida se caracteriza por la humildad, la

mansedumbre, la pureza, la misericordia y la búsqueda activa de la justicia y de la paz. Precisamente por ello, la

esperanza cristiana es productiva y creadora, es decir, lleva a trabajar solidariamente con los demás en la promoción

y la liberación humana.

El difícil camino que recorrió Jesús lo pueden recorrer sus seguidores con la gracia y la fuerza del Espíritu Santo;

está Senda conduce a la vida eterna y la felicidad que no se acabará jamás.

Pablo nos animal escribir “Porque estimó que Los sufrimientos del tiempo presente no son comparables con la gloria

que se ha de manifestar en nosotros”. (Rm 8,18)

Respuestas a la pregunta

Contestado por annyfasabisanga
5

es tener la vida eterna y celestial en las cosas de Dios el señor

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