¿Cuál fue la primera civilización antigua, en que continente se ubicó y que ciudades la conformaban y a que actividades económicas se dedicaban?
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
Fenicia (en fenicio , kanaʿan; o , Pūt)[1] es el nombre de una antigua región de Oriente Próximo, cuna de la civilización fenicio-púnica, que se extendía a lo largo del Levante mediterráneo, en la costa oriental del mar Mediterráneo. Su territorio abarcaba desde la desembocadura del río Orontes al norte, hasta la bahía de Haifa al sur, comprendiendo áreas de los actuales Israel, Siria, Líbano y Palestina, una región denominada antiguamente Canaán, con cuya denominación se engloba muy a menudo en las fuentes.[2]
La actividad rural
Se ha señalado con anterioridad el hecho de que la ciudad se fundó sobre un núcleo anterior ruralizado y lo que ello pudo llevar consigo para la economía del territorio. En efecto, el planteamiento del Rey Sabio parece apuntara un tipo de organización económica en él que n3 debía encontrarse ausente la actividad rural, aun cuando el objetivo principal, a conseguir a más largo plazo, fuese el establecimiento de un núcleo mercantil potente y suficiente para colmar los planes que se proponía en el territorio. La concesión de franquezas a los caballeros que mantuviesen casa en la ciudad y poseyesen distintos tipos de ganados, así como la prohibición a los judíos de quedarse con las heredades de aquellos que no pagasen los préstamos recibidos, apuntan hacia la realidad de ese planteamiento. La ganadería, por su parte, estaba alcanzando ya en aquella época la suficiente entidad y arraigo en el territorio, que, sin embargo, no era excesivamente amplio como para abastecer sus necesidades. Cuestión distinta es la de comprobar si la ciudad se acomodó al diseño primigenio de su fundación o si la realidad resultó mucho más terca y torció en gran medida esos planes. En cualquier caso, y como ocurrió en la mayor parte de las ciudades castellanas, el sector agrario acabó constituyéndose en una de las actividades económicas principales. Sin embargo, nada se puede afirmar todavía respecto al porcentaje de vecinos que se dedicaban de manera primordial a las tareas agroganaderas. Cualquier conjetura al respecto resulta poco consistente; por otro lado, habría que considerar su evolución, partiendo del nivel de ocupación del espacio en la etapa anterior. No obstante todo ello, cabe sospecharlo alto.Por lo que atañe a las actividades agrícolas, la documentación suele registrar de forma genérica, aunque no con excesiva frecuencia, lo que llama «panes» y «viñas», indicando de este modo los cultivos a los que de manera primordial se dedicaban diferentes propiedades del territorio de la ciudad, posiblemente las más numerosas. Todo parece apuntar, como por otra parte es lógico, a que el cereal era el cultivo más abundante, sin que hoy por hoy se puede hablar de proporción entre cada uno de éstos, trigo y cebada fundamentalmente, de los que nos hablan las fuentes. Las menciones de «heredades de pan llevar» se encuentran con una relativa frecuencia, distinguiéndolas las fuentes de los llmados «quiñones», denominación más ambigua, aunque en ocasiones éstos resulten identificables como dedicados a cultivos ceraliísticos, si bien ubicados en las inmediaciones del núcleo, donde los repobladores quizá recibieran alguna superficie. Es fácil que gran parte del territorio se dedicase a la labranza de cereales, aunque nada se pueda decir de su superficie absoluta ni porcentual. Ello es deducible porque era un producto de primera necesidad para el consumo humano y el tipo de cultivo más adecuado para compaginar con la ganadería.
Carencias informativas semejantes se tienen respecto al viñedo, que se encuentra también registrado en la documentación y quizá con más frecuencia que los cereales, aunque es posible que su dedicación fuese más reducida en superficie. Era un cultivo rentable, dada su alta demanda en los medios urbanos, y de consumo muy extendido.
Relativa importancia, en lo que se refiere a las necesidades de abastecimiento de la ciudad, revestían los cultivos hortícolas y de frutales, parte de los cuales se encontraban incluso dentro del perímetro urbano. La documentación revela extensiones y personas dedicadas a ello.
El olivar es el que no queda registrado en las fuentes, por lo que cabe pensar, además del hecho de que la Orden de Calatrava tuviese en la segunda mitad del siglo XV el control de la venta de aceite en la ciudad, que su cultivo, caso de que lo hubiese, no era en modo alguno suficiente para abastecer la demanda de la población. Afines del siglo