¿Cuál fue la influencia de la viruela en la derrota de los incas?
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Resumen
La historia de las epidemias de viruela en los Andes tiene el carácter tétrico del relato de un holocausto. Esta presentación está destinada a resaltar las etapas más importantes del proceso de la implantación de la viruela en las poblaciones andinas en general y, en particular, en el Perú, desde principio del siglo XVI hasta nuestros día
Introducción
La historia de las epidemias de viruela en los Andes tiene el carácter tétrico del relato de un holocausto. Los brotes epidémicos producidos por esa plaga - junto con los de las otras dos que fueron el sarampión y la gripe - se iniciaron en las primeras décadas del siglo XVI. Constituyen, además, un ejemplo objetivo del rol preponderante que las enfermedades infecciosas tienen en la consolidación de una invasión militar. En efecto, esas tres plagas producidas por virus, facilitaron la conquista del imperio de los Incas por un puñado de aventureros. Son convincentes las fuentes documentales que respaldan esta aseveración; a pesar de que, desafortunadamente, los cronistas que fueron testigos oculares de las acciones bélicas y del estado social de los pueblos que a su paso encontraron, distorsionaron u olvidaron consignar lo que verdaderamente ocurrió.
La viruela, junto con la gripe y el sarampión, fueron los factores de mayor importancia que produjeron el colapso de dos imperios americanos: el Inca y el Azteca; porque el terror deletéreo provocado por la aparición súbita de estas mortales enfermedades poco antes, durante e inmediatamente después de la invasión, hicieron imposible la reacción nativa en contra de los extranjeros intrusos. Especialmente la viruela, con su horripilante brote cutáneo, causó una espantosa sensación de impotencia y desesperación. Ese horror, recién hoy puede comprenderse, dado que existe la amenaza que, precisamente, la viruela sería esparcida de manera intencional por el terrorismo internacional.
Cuando Cristóbal Colón arribó a las islas del Caribe en 1492, se inició un intercambio de enfermedades, por un lado las que se desarrollaron en África, Asia y Europa, y por otro las del continente americano que, hasta entonces, había permanecido aislado del resto del mundo por cerca de quince mil años. Durante ese lapso, en el viejo mundo, muchas enfermedades infecciosas causadas por diversos microorganismos sufrieron modificaciones por mutaciones de los más diversos orígenes; asimismo, aparecieron nuevos agentes microbianos, especialmente virales que atacaron a los grupos poblacionales allende los océanos Atlántico y Pacífico. América, ubicada en medio de ambos, permaneció sola como una gigantesca isla.
William McNeill en su magistral Plagues and Peoples1 estudió los "intercambios transoceánicos" Como resultado de la llegada de los europeos al nuevo continente; después de 1492, dice:
"Los habitantes del Nuevo Mundo no eran portadores de algunas infecciones peligrosas susceptibles de ser transferidas a las poblaciones europeas o africanas que aparecieron en su continente (a menos que se crea que la sífilis es de origen americano) mientras que la abrupta confrontación con una larga lista de infecciones que trajeron europeos y africanos que, por milenios, habían hecho pasto con las poblaciones de esos continentes provocaron, en los Amerindios, un desastre demográfico masivo"2.
Como se sabe, a los astronautas que regresaron de los dos viajes a la luna se les sometió a una rigurosa cuarentena, que fue levantada sólo después que se tuvo la seguridad de que no eran portadores de alguna enfermedad transmisible.