cual fue la cuna de la civilizacion sumeria?
Respuestas a la pregunta
la idea de que esta civilización de Medio Oriente tuvo un origen alienígena y que los dioses y semidioses que poblaban su panteón no son mas que los miembros más sobresalientes de sus huestes e incluso híbridos entre esa raza extraterrestre y la nuestra humana. Por supuesto, entre todas estas hipótesis se encuentra la de su regreso con la llegada inminente de su planeta natal, identificado con el Neberu mesopotámico, cerca de nuestra órbita terrestre y el cambio sustancial, casi apocalíptico, que este reencuentro va a suponer para la humanidad.
La cultura de la Vieja Europa, anterior a las invasiones indoeuropeas que supusieron su desaparición casi sin dejar rastro, estaba bien desarrollada, de tipo agrícola, matriarcal y pacífica. La religión era el corazón de esta sociedad, donde se adoraba a una diosa madre de nombre posiblemente Ana o Dana. Concebían este mundo separado del Más Allá por una barrera de agua que los muertos atravesaban en un barco. Este Más Allá era situado al Oeste y se consideraba un lugar placentero y feliz. Poseían un comercio próspero, utilizaban el cobre y el oro para fabricar utensilios y diversos adornos (probablemente el flujo de objetos mediante el comercio de la Vieja Europa hacia el exterior fue el que espoleó la irrupción de los indoeuropeos en su territorio) y sus ciudades no estaban situadas en lugares especialmente estratégicos ni tampoco con propósitos bélicos: estaban sin fortificar.
Bien conocen esa máxima los que se hayan dedicado a traducir. Si en las lenguas modernas se hace relativamente complicado, no hay que ser muy imaginativo para percatarse de lo que es traducir una lengua muerta (y huérfana en el caso del sumerio) cuando a veces los datos que pueden auxiliar para afinar simplemente no existen. Para hacer una buena traducción hay que conocer en profundidad la cultura, sociedad, política, economía, etc. del pueblo protagonista.
El contexto es esencial e indispensable para poder realizar un trabajo fidedigno y provechoso, si se prescinde de él, el resultado no será leal con el espíritu del autor y/o pueblo al que pertenezca. Es construir una mentira, tergiversar. Así la pareidolia y los anacronismos, entre otras barrabasadas, campan a sus anchas. Pero en el caso del sumerio y acadio, tenemos una enorme ventaja: los propios escribas de la época nos legaron, entre las miles de tablillas encontradas, unas muy especiales que los historiadores denominan Listas de Léxico, donde se explica detalladamente de manera bilingüe (sumerio-acadio) cómo escribir correctamente, con los símbolos cuneiformes adecuados a su significado, palabras y signos. Listas donde aparecen profesiones, herramientas, animales domésticos y silvestres, árboles, ropas, plantas, accidentes geográficos, estrellas… Estas Listas de Léxico han sido desde su descubrimiento en el s. XIX, imprescindibles para los asiriólogos en sus estudios. Su gran valor es indiscutible, ya que son los propios mesopotámicos los que ilustran a la posteridad sobre sus lenguas creando diccionarios. Zechariah Sitchin prescindió de estas fuentes fundamentales para sus obras. Si hubiera recurrido a ellas, evidentemente no habría escrito los libros que publicó. Dejamos constancia de que no consideramos un mentiroso a Sitchin, no estamos tratando lo que podría haber sido su intención, pero sí creemos que sus hipótesis carecen de verosimilitud y que se sigan divulgando como plausibles, hacen más mal que bien, crean equívocos entre lectores no especializados y falsean la realidad. Ya en su momento, estas teorías causaron revuelo y tras ser deliberadas en los círculos académicos, fueron rechazadas unánimemente.
El misterio de Neberu
Sitchin fue el que reavivó la idea de Percival Lowell de la existencia de un planeta transneptuniano, el Planeta X, al que denominó, según sus interpretaciones de ciertas tablillas sumerias y acadias, Neberu. No podemos olvidar mencionar otras teorías similares, como las del fundador de La Iglesia de los Santos de los Últimos Días (mormonismo) Joseph Smith y el planeta de los dioses Kolob; o el llamado planeta rojo o Hercólubus, invención del gnóstico Joaquín Amortegui Valbuena aliasMaestro Rabolú.
Este Neberu, según las hipótesis de Sitchin, sería un planeta gigante (¿una enana marrón?) perteneciente a nuestro sistema solar, de órbita muy excéntrica y hogar de los Anunnaki, raza alienígena responsable del nacimiento de la civilización de Sumer y por prolongación, protectora y custodia de la acadia, asiria y babilonia. La frecuencia con la que Neberu pasaría cerca de nuestro planeta sería de 3600 años, permitiendo a sus habitantes contactar con nosotros, los terráqueos. Según Sitchin, ellos fueron los primeros dioses de la Humanidad y basa parte de esta teoría en su interpretación personal de varias fuentes históricas.
espero que te sirva