¿Cuál fue el principal defecto que el lunarejo haya en Faría en su obra El Apologético?
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Héctor Ruiz Soto
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Cortesía de la NYPL, The Rare Book collection. Astor, Lenox and Tilden Foundations. KE 1662.
1. Título: el Apologético, un arma de doble filo
1El título del tratado de Juan de Espinosa Medrano, repetido con distinta matriz tipográfica en la cartela con volutas de la portada y, en la página siguiente, dentro de una orla floral, dice así: Apologético en favor de don Luis de Góngora, príncipe de los poetas líricos de España, contra Manuel de Faría y Sousa, caballero portugués. Viene después, en ambos lugares, la dedicatoria «al excelentísimo señor don Luis Méndez de Haro, duque conde de Olivares, etc.», y el nombre y cargos de «su autor el doctor Juan de Espinosa Medrano, colegial real en el insigne seminario de San Antonio el Magno, catedrático de artes y sagrada teología en él, cura rector de la santa iglesia catedral de la ciudad del Cuzco, cabeza de los reinos del Perú en el Nuevo Mundo». En ambos casos destacan, por encima de los demás renglones y tipos, los nombres de Luis de Góngora, Luis Méndez de Haro y Juan de Espinosa Medrano. El nombre de Manuel de Faría y Sousa, menos visible, completa la nómina de los citados. El propósito polémico del Lunarejo queda claro desde el título: el nombre de Espinosa Medrano llega precedido de los de Góngora y del Duque Conde de Olivares, valido de Felipe IV, mecenas de Salcedo Coronel y enemigo del Portugal independiente; el nombre del contrario aparece, por su parte, aislado. Junto a estos cuatro nombres, podía esperarse el de Camões, puesto que Faria ataca a Góngora en su comentario de este poeta. Pero aunque no se le mencione, Camões es aludido tal vez en el apelativo «príncipe de los poetas líricos de España», que Espinosa Medrano dedica a Góngora respondiendo directamente al título del comentario del portugués: «Lusiadas de Luis de Camoens, príncipe de los poetas de España. Al rey nuestro señor Felipe Cuarto el Grande. Comentadas por Manuel de Faría y Sousa, Caballero de la Orden de Cristo y de la Casa Real»1. La dedicatoria a Luis Méndez de Haro compite también con la de Faría a Felipe IV, que en 1639 era todavía un patrón plausible para el comentador de Camões por ser rey de las dos coronas ibéricas.
2Desde la portada, con un título construido sobre el de Faría, Espinosa Medrano exhibe el carácter polémico del Apologético. Este género especializado en la controversia tiene ilustres modelos antiguos: la oratoria forense o judicial y la literatura polémica de los primeros siglos de la cristiandad. En origen, una apología es una pieza de elocuencia forense cuyo objeto es defender a un acusado: se compone de una refutatio de los cargos, seguida por una breve defensa basada en un examen de la vida del acusado, argumentando la nulidad de la inculpación a partir del probabile ex vita2. Posteriormente, historiadores del cristianismo como Eusebio de Cesarea o Lactancio adoptaron el término, como equivalente de refutatio o defensio, para describir una literatura polémica que defiende el cristianismo refutando las calumnias y burlas de los gentiles. Para Eusebio de Cesarea, el primer criterio genérico de la apología es su contexto enunciativo: los tratados que define de esta manera están dedicados y dirigidos a alguna autoridad, emperador, príncipe o senado