¿Cuál fue el impacto cultural de la explotación de la mano de obra indígena y negra?
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
INTRODUCCIÓN
Desde agosto de 1767 se realizaron las expropiaciones de las tierras a los jesuitas, trazándose invariablemente el rumbo de muchas de las organizaciones manejadas por la Compañía, después de la expansión máxima que tuvieron durante el siglo XVII y donde su dominio territorial les pertenecía por entero2 . Siendo la hacienda uno de los principales sustentos de la economía colonial del siglo XVIII, basada en la producción extractivo-comercial y la explotación de los recursos humanos, pretendemos, a través de ella, una aproximación para conocer cómo se produjeron tanto la ruptura de sus proyectos, como la secuencia de los hechos posteriores, pues los motivos de la expulsión de los jesuitas han sido ya ampliamente debatidos.
Las grandes haciendas, la mayoría en poder de la Compañía, eran también las más grandes productoras vitivinícolas. En la costa, específicamente en el actual Departamento de Ica, al sur de la ciudad de Lima, los jesuitas supieron aprovechar la política adquisitiva de heredad compartida y de censos para reunir en un promedio de 80 años3 las mayores haciendas vitivinícolas que, desde sus inicios -aunque no todas- empezaron a extraer y procesar aguardiente de sus cepas, primero artesanalmente y luego bajo una organización rigurosa. Esta producción pasó a la administración civil de Temporalidades y fue decreciendo hasta entrar al siglo XIX bajo propiedades privadas. Las haciendas y su posterior historia han conformado, de alguna manera, el actual Departamento de Ica y le han dado su impronta: el aguardiente de uva peruano.
Explicación: