¿Cuál fue el conflicto limítrofe que enfrentaba
al Paraguay y a Brasil?
Respuestas a la pregunta
Respuesta: Itaipú
Explicación:
Itaipú, conflicto o equidad entre Paraguay y Brasil.
Ricardo Canese
Las relaciones entre el Paraguay y el Brasil han sido conflictivas en varios momentos de la historia, en tanto que en otros han sido cordiales[1]. Durante la época colonial, los bandeirantes de San Pablo llevaban a cabo periódicas cacerías de indígenas guaraníes, protegidos en las reducciones jesuíticas, desatándose verdaderas guerras. El momento más trágico para el Cono Sur de América ha sido, sin lugar a dudas, la Guerra de la Triple Alianza (1864-1870), durante la cual el Paraguay perdió gran parte de su territorio y población, en lo que fue un verdadero genocidio.
Luego de la guerra, un límite que quedó poco preciso fue el relativo a los Saltos del Guairá o de las Siete Caídas del río Paraná. El diferendo llegó a un nivel crítico en la década de 1960, con la ocupación de tropas de la dictadura militar brasileña en la zona reclamada por el Paraguay. Estaba en vista el aprovechamiento del inmenso potencial hidroeléctrico del río Paraná, limítrofe entre Paraguay y Brasil desde dicho Salto. El conflicto finalmente se zanjó con el Acta de Foz de Yguazú (1966), por la cual se le reconoció al Paraguay el derecho a un “justo precio” por la venta de excedentes y a disponer libremente de su energía, si bien reconociéndosele al Brasil la preferencia de adquisición[2].
La dictadura de Alfredo Stroessner (1954-1989), apoyada por su similar brasileña, se fue afianzando con el tiempo y ello posibilitó que en 1973, cuando se firmó el tratado de Itaipú, los conceptos de “justo precio” y libre disponibilidad de la energía quedaran olvidados.
Debido al tratado de Itaipú, el Paraguay está obligado a entregar al costo al Brasil toda la energía propia que no pueda consumir (actualmente más del 90% de la mitad de la generación total de la central, a la que tiene derecho), sin posibilidad de venderla a terceros países. El tratado establece una mísera “compensación por la cesión del derecho de compra”, de tan sólo 2,3 US$/MWh, según valor reajustado y válido en este momento. Esta compensación no tiene ninguna relación con los precios de mercado y apenas se reajusta según la inflación en los EE.UU. de América. Ello quiere decir que si los precios del mercado energético (y eléctrico) suben, como lo han hecho en los últimos años, los beneficios del Paraguay por exportar (ceder) su energía al Brasil son los mismos, no importa cuánto más valga la energía.
Ningún país cede lo más importante que tiene al costo de producción y menos en el caso de la energía de una central hidroeléctrica, cuyos costos de generación son normalmente ínfimos.