¿Cuál es sentido de la existencia del hombre en la filosofía medieval?
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Respuesta:
La filosofía medieval es la filosofía que se desarrolló en Europa y Oriente Medio durante lo que hoy se llama el Medioevo o la Edad Media, que se extiende aproximadamente desde la caída del Imperio Romano hasta el Renacimiento.1
La Stanford Encyclopedia of Philosophy describe la filosofía medieval como la "receta" de una combinación de "la filosofía pagana [...] con la nueva religión cristiana" y "una variedad de aromas de la herencia intelectual judía e islámica" cocinada por unos 1300 años.2 Algunas de estas doctrinas fueron especialmente difíciles de combinar (como la encarnación y la trinidad), pero el esfuerzo por resolverlas fue el motor de gran parte de la filosofía medieval, y llevó a desarrollar conceptos, teorías y distinciones que heredaría toda la filosofía posterior.
El filósofo inglés sir Anthony Kenny declaró en su libro Una nueva historia de la filosofía occidental que para "el desarrollo después de la filosofía el evento más importante en el siglo I fue la vida de Jesús de Nazaret". El impacto del cristianismo en la filosofía occidental tuvo dos grandes efectos: Primero, redujo el interés por la filosofía; y segundo, la filosofía paso a ser "sierva" de la teología, siendo las conjeturas paganas opuestas a los dogmas de fe rechazadas.34 Sin embargo, la influencia de la filosofía pagana fue crucial para la filosofía medieval.
Tras la muerte de Jesús, sus discípulos (entre ellos Pablo) mantienen una actividad de evangelización por casi 300 años, volviéndose el cristianismo en la religión oficial del Imperio Romano. Durante los primeros siglos de la era común, se hicieron grandes esfuerzos de conciliar la filosofía pagana al servicio del cristianismo, como Justino Mártir, Clemente de Alejandría, Gregorio de Nisa, Orígenes y Eusebio de Cesarea. La doctrina elaborada por los Padres de la Iglesia se llama patrística.5 San Agustín de Hipona, el más famoso de ellos, alabó las enseñanzas neoplatónicas con el cristianismo. Otros pensadores se opusieron, como Tertuliano y Lactancio.
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