Cuál es la visión del que los incas tenían del mundo de arriba y cómo crees que esta vision se manifiesta en la literatura quechua
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
Inca (en quechua: inqa o inka, ‘inca’)? fue el soberano del Imperio incaico, entidad que existió en el occidente de América del Sur desde el siglo xiii hasta el siglo xvi. También eran usados los términos cápac inca (en quechua clásico: Qapaq Inqa, ‘el poderoso inca12’)? y sapa inca (en quechua: Sapa Inqa, ‘el inca, el único’)? cuyo dominio se extendió inicialmente al curacazgo del Cuzco y luego al Tahuantinsuyo. El primer sinchi cusqueño en utilizar el título de inca fue Inca Roca, fundador de la dinastía Hanan Cusco. El último inca en el gobierno fue Atahualpa. Posteriormente el título fue empleado por los jefes de la resistencia a la conquista del Perú, como Manco Inca o Túpac Amaru I, conocidos como incas de Vilcabamba.
El centro del imperio y residencia de los incas se encontraba en Cuzco. Los miembros de la sociedad incaica consideraban que sus gobernantes eran descendientes y sucesores de Manco Cápac, fundador mitológico, héroe cultural que introdujo la vida civilizada y en el cual se apoyaba la legitimidad del régimen político incaico.3 De acuerdo con los cronistas de Indias y los testimonios de algunos conquistadores como Francisco Pizarro, el poder del inca era absoluto; por ello era poseedor no solo de las tierras del Tahuantinsuyo sino de todo aquello que se encontraba dentro de él, incluyendo las vidas de sus súbditos. Tras aproximadamente un diglo de existencia, el Tahuantinsuyo inició su desaparición con la llegada de los españoles.
Índice
1 Sociedad incaica
2 Elección del Inca
3 Funciones
4 Símbolos de distinción
5 Un ser sagrado
6 Lista de incas
6.1 Hurin y Hanan Cusco
6.2 Incas del Peru
7 Cronología
8 Véase también
9 Referencias
10 Bibliografía
11 Enlaces externos
Sociedad incaica
Detalle de una galería de retratos de los emperadores del Perú donde los reyes españoles (lado derecho) figuran como sucesores de los soberanos incas (lado izquierdo). Lámina publicada en 1744 en la obra Relación de Viaje a la América Meridional en la que Jorge Juan y Antonio de Ulloa fueron sus autores.
En Cuzco en el 1589, el último sobreviviente de los conquistadores originales del Perú, Mancio Serra de Leguisamo, escribió en el preámbulo de su testamento lo siguiente:
Encontramos estos reinos en tal buen orden, y decían que los incas los gobernaban en tal sabia manera que entre ellos no había un ladrón, ni un vicioso, ni tampoco un adúltero, ni tampoco se admitía entre ellos a una mala mujer, ni había personas inmorales. Los hombres tienen ocupaciones útiles y honestas. Las tierras, bosques, minas, pastos, casas y todas las clases de productos eran regularizadas y distribuidas de tal manera que cada uno conocía su propiedad sin que otra persona la tomara o la ocupara, ni había demandas respecto a ello... el motivo que me obliga a hacer estas declaraciones es la liberación de mi conciencia, ya que me encuentro a mí mismo culpable. Porque hemos destruido con nuestro malvado ejemplo, las personas que tenían tal gobierno que era disfrutado por sus nativos. Eran tan libres del encarcelamiento o de los crímenes o los excesos, hombres y mujeres por igual, que el indio que tenía 100,000 pesos de valor en oro la dejaba abierta meramente dejando un pequeño palo contra la puerta, como señal de que su amo estaba fuera. Con eso, de acuerdo a sus costumbres, ninguno podía entrar o llevarse algo que estuviera allí. Cuando vieron que pusimos cerraduras y llaves en nuestras puertas, supusieron que era por miedo a ellos, que tal vez no nos matarían, pero no porque creyeran que alguno pudiera robar la propiedad del otro. Así que cuando descubrieron que teníamos ladrones entre nosotros, y hombres que buscaban hacer que sus hijas cometieran pecados, nos despreciaron.4
Elección del Inca
Las crónicas identifican al Inca como el gobernante supremo a semejanza de los reyes europeos en la Edad Media. Sin embargo, el acceso a este cargo no tenía que ver con la herencia al hijo mayor, sino con la elección de los dioses mediante unas pruebas muy rigurosas, a las que se sometían las aptitudes físicas y morales del pretendiente. Tales pruebas se acompañaban de un complejo ritual a través del cual el dios Inti nominaba a quien debía asumir el cargo inca. El dios Inti, si estaba de acuerdo, le daba el poder de la lluvia al futuro Inca.5 Con el tiempo, los Incas nombraban como co-gobernante a su hijo predilecto con la intención de asegurar su sucesión,6 por ejemplo, Huiracocha Inca asociando al trono a Inca Urco.7
Explicación: