Castellano, pregunta formulada por andreisoto, hace 16 horas

¿Cuál es la tesis?

La gloria plástica
¿Es usted un artista plástico emergente? ¿Pinta, graba o esculpe cosas raras? ¿Hace
videoarte, performances, instalaciones, obra gráfica, fotografía, arte electrónico? ¿Quiere
que alguna obra suya se cotice por encima del millón de dólares? No hay una receta
infalible, claro, pero le tengo unos ingredientes que no pueden faltar. En la pócima
intervienen tres revistas, dos casas de subastas, algunas academias, cuatro premios, una
feria (la de Basilea), ciertas bienales y un selectísimo grupo de promotores, coleccionistas,
marchantes, dealers y curadores.
Pero vamos por partes, usted debe empezar por las vocales: la rosa cromática, los
bodegones, el figurativismo, etc. Luego debe subvertirlo todo, romper el marco, meterse la
estética clásica por el fundamento, fraguar un pequeño cisma y hacer algo que humanos
ojos hayan visto jamás.
En este punto usted está listo para asistir a una academia cara (unos 25 mil dólares por
semestre), el Instituto de Arte Californiano, por ejemplo; allí, cinco críticos de renombre
harán pedazos su cismática obra y le explicarán que los orinales ya no son originales, que
fracturar la perspectiva, colgar asientos y ensartar camisas ya pasó de moda, también la
automutilación y la disecación de vacas, como en Hirst, y que tampoco sirve hacerle un
hueco muy chiquito a la mandolina para que esta se vea, en comparación, monumental; ni
empelotar multitudes ni hacer rectángulos bellos, como los de Mondrian, ni tratar, como
Rothko, de minimizar el minimalismo y alcanzar la apoteosis de la simplicidad.
Estos cinco señores lo entrenarán en un arte menospreciado, la retórica, una herramienta
clave en el conceptual mundo contemporáneo. Hoy, es más fácil vender cantantes tiesos y
feos, que a un artista plástico mudo. Los dos tercios del valor de una obra residen en la
sustentación.
Luego, el aprendiz de brujo debe ganar un buen premio, por ejemplo el que otorga la Tate
Modern, o al menos figurar entre los cuatro nominados.
En este punto, las cosas empiezan a facilitarse. Es probable que en los días siguientes reciba
una llamada de New York (Artforum, New Yorker, New York Times), preferiblemente de
Artforum, una revista seria pero que no publica reseñas negativas: sólo se ocupa de obras
con mucho potencial. Estas son las publicaciones por las que se guían los curadores de las
principales bienales del mundo: Venecia, Estambul, Lyon, Berlín, Santa Fe, La Habana,
Shangái, Moscú. Si lo invitan a cualquiera de estas, usted está pisando el umbral de la
gloria; pero si lo invitan a Venecia significa que ya puede pintar lo que quiera; es más,
puede dejar de hacerlo y empezar a mover los hilos para que sus obras estén en la feria de
Basilea, la preferida por los grandes coleccionistas, o en las subastas de Christie’s o
Sotheby’s (ahora la teoría es estadunidense pero la ‘práctica’ sigue siendo inglesa).
Por este camino usted tiene una alta probabilidad de acceder a sus quince minutos de gloria,
que es la dosis personal que soportan estos frenéticos tiempos, según Warhol. No pida más.
Recuerde que se puede engañar a muchas personas durante algún tiempo, pero no se puede
engañar a todo el mundo durante mucho tiempo.

Respuestas a la pregunta

Contestado por victormottaarteaga
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Respuesta:

lo que tú crees o talvez otra cosa

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