cuál es la situación actual del socialismo en Cuba?
Respuestas a la pregunta
No son jóvenes con un proyecto de sociedad mejor en mente, batidos por su cuenta para sacarlo adelante. No tienen norte político digno de ningún tipo, tan solo son instrumentos de la agenda con que Estados Unidos quiere derrotar la Revolución. Tan siquiera hicieron una huelga de hambre verdadera, no era necesario para el show político.
¿Qué pasó allí entonces? La farsa de San Isidro, de pésima factura, ha sido el intento de Estados Unidos para echar a andar un golpe de Estado blando en Cuba. No se puede ver de otra manera.
Sé que todos quienes están pidiendo hoy un diálogo a raíz de los eventos desencadenados no son pagados por Estados Unidos. A estas alturas hay demandas de diversa índole entremezcladas. Está claro que en Cuba no todos pensamos igual, creo realmente que las instituciones y organizaciones deben revitalizarse como espacios para el diálogo y la participación política efectivas, no es primera vez que lo digo. Deben acoger el debate sistemático sobre la realidad cubana contemporánea –que es difícil– con un sentido crítico. Ya vemos cómo se capitalizan los vacíos y los formalismos. Tenemos que deliberar, sí, comunicarnos más y mejor.
Pero eso no puede llevarnos a apoyar indiscriminadamente un golpe de Estado contra la Revolución. Tenemos que hacerlo en otro marco, en otras condiciones. Este guion de ahora no deberíamos secundarlo, por más buenas que sean las intenciones nuestras.
Si queremos un mejor horizonte para nuestro país, no es sumándonos a apoyar esta acción en San Isidro que lo vamos a lograr. No esperemos de la desestabilización que quiso disparar el grupo de San Isidro un país más próspero, equitativo, democrático y justo. La historia demuestra que el único objetivo de acciones de ese tipo es implantar un régimen acorde a los intereses del capitalismo estadounidense, y los intereses del capitalismo estadounidense son los de la explotación y el despojo.
Si escalara el conflicto y, en segundo lugar, una agenda golpista triunfara, las conquistas sociales que hoy disfrutamos serían barridas para echar a andar la privatización, sin reparos, de todo lo que pueda ser privatizado, incluyendo la educación y la salud. Las condiciones de empleo para la mayoría serían de una precariedad lamentable. El narcotráfico, y todo lo que brinde posibilidades de lucro a las élites económicas que se impongan en el poder, va a desplegarse exponencialmente y van a desaparecer las condiciones de seguridad que se viven hoy. Un sector de la población va a aumentar su renta y mejorar sus condiciones de vida, eso sí pasará, pero a costa de la pobreza de la gran mayoría. La mayoría de los pequeños negocios privados van a ser barridos por las grandes empresas transnacionales. Los grupos hoy en condiciones desfavorables van a ver recrudecidas en extremo esas condiciones sistémicas de vulnerabilidad.