¿Cuál es la relación entre la historia y el tiempo? bien expicado
Respuestas a la pregunta
Explicación:
Introducción
El tiempo se constituye en el elemento más importante que el historiador debe manejar en su práctica disciplinar. Paradójicamente, muchas veces esta categoría es mal empleada por suponerse a priori su comprensión adecuada y acabada.
Nada más lejos que esto. El tiempo es una dimensión de la existencia, compleja y profunda, cuyos límites y posibilidades apenas son conocidos por el hombre. Filósofos y pensadores han hecho esfuerzos intelectuales serios por lograr asir aquello que parece inalcanzable: el tiempo. Curiosamente mientras el hombre intenta apropiarse del tiempo, este parece consumirlo a él en el intento. Desde Agustín que se preguntó una y otra vez ¿qué es el tiempo?, y que lejos de lograr alcanzar una respuesta que acabe el problema lo agudizó aun más, hasta Heidegger o Sartre que condenaron toda la existencia del ser a su experiencia temporal, el hombre busca tomar al tiempo de las riendas y manejarlo a su capricho; sin embargo la historia, que debería ser el jinete apropiado para esta domesticación, y el hombre que la crea en este estadio aun no pasan del neolítico y más de una vez sucumben a los arrebatos intempestivos e impredecibles que el tiempo impone a la vida humana y junto con ella al devenir histórico.
No es la intención hacer una apología del tiempo ni mucho menos reducir la existencia del ser a la nada, con motivos distintos sólo pretendemos denotar la complejidad de esta dimensión y denunciar con ello la ingenuidad de historiadores al abordarla.
Para cambiar esta situación proponemos un esbozo sobre la problemática del tiempo en la filosofía y la historia, destacando especialmente las contribuciones que Fernand Braudel y Paul Ricoeur hicieron al respecto.
Las concepciones filosóficas y científicas del tiempo
La naturaleza del tiempo ha sido y es uno de los temas principales de la reflexión filosófica y conocer las interpretaciones que al respecto se formularon a lo largo de los siglos nos permite comprender mejor la cosmovisión que las sociedades fueron formando en el tiempo sobre el tiempo.
Fue Agustín de Hipona uno de los padres que más reflexionó sobre el tiempo a partir de la influencia platónica en su pensamiento. Agustín concebía al tiempo desde una perspectiva moral que buscaba comprender la eternidad desde el alma por medio de la iluminación o revelación divina. Aunque el tiempo se inicia con la creación y se expande linealmente no por eso depende del movimiento, ya que el tiempo es siempre presente en tanto que lo pasado, lo presente y lo futuro anidan en el alma, cuya vida es precisamente el tiempo. En definitiva, Agustín manifiesta una inclinación psicológica del tiempo.
Esta concepción psicológica se mantendrá firme hasta fines del Medioevo cuando los adelantos científicos, especialmente en la física, socavarán los cimientos de esta cosmovisión. La invención del reloj mecánico propició este cambio en la concepción del tiempo al transformarlo en una variable física y abstracta y la perspectiva física del tiempo fue ganando lugar en la cosmovisión moderna.
Fue Isaac Newton quien estableció las bases de esta noción del tiempo como absoluto, verdadero, matemático e intrascendente pero desligándolo del movimiento, ya que el tiempo y el espacio son independientes de los cuerpos. Newton asimilaba el tiempo a un ámbito, un ambiente, un flujo, una realidad en cuyo seno suceden las demás realidades físicas.
A esta idea absolutista G. W. Leibniz, uno de los mayores intelectuales del siglo XVII, opuso una concepción relacional del tiempo al considerarlo como inseparable de las cosas. Esta crítica fue reforzada por Ernst Mach para quien el tiempo y el espacio no existían como realidades absolutas y externas y que sólo era posible medir el tiempo por el cambio de las cosas.