cual es la relacion entre dignidad y sociedad?
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
En lo que respecta a la idea de ética, es menester considerarla en dos dimensiones, a saber, en la dimensión de las acciones humanas, en general (de todo hombre en cuanto es hombre), y de acciones humanas específicas que implican la relación con otros hombres, esto es, la relación social, política, económica, etcétera.
Conforme a lo primero, la reflexión ética considera la naturaleza moral de los actos humanos, según la cual, el acto humano se valora moralmente bueno, en la medida que por él se posee un bien conveniente y adecuado a las exigencias propias de la condición natural del hombre; o se valora moralmente malo, si por el acto se posee un bien inconveniente e inadecuado con las mismas exigencias.
De este modo, es necesario atender a la noción de naturaleza humana para explicitar racionalmente tales exigencias. Por ello, es muy importante establecer el contenido de las enunciaciones morales en términos de naturaleza humana. Este contenido se afirma en función del concepto de dignidad, que es garante de la igualdad y fundamenta el marco jurídico que le cobija.
Con la noción de dignidad se afirma el “carácter” (ethos) específico del hombre como realidad total, esto es, como “persona”, que es lo que ya expresara A. M. S. Boecio en su conocida formulación naturae rationalis individua substantia.
Por tanto, la ética general advierte como principio básico de la acción moral la dignidad de la persona. Así, una acción es moralmente buena, según atienda a las exigencias propias derivadas de la dignidad de la persona, o mala, si es que las contraviene.
Ahora bien, respecto a lo segundo, esto es, la dimensión especial de la ética, esta considera primera y principalmente las acciones humanas particulares en relación con otros hombres, según que el hombre es un ser social por naturaleza. Y el modo en que se realizan las acciones humanas en relación con otros, es la utilidad.
Tomás de Aquino explica que la condición de insuficiencia de los hombres singulares les orienta a relacionarse con otros para cumplir de mejor manera el fin propio: la realización plena o perfección de las potencias naturales, intelectiva y apetitiva, por medio del conocimiento de la verdad y la posesión del bien último (Aquino, Th., Contra Gentiles, III, q. CXXVIII).
De modo que el principio que guía las acciones colectivas o sociales es la perfección mutua, o el cumplimiento del fin común como bien común, esto es, un bien compartido en proporción, pero en razón de la dignidad de la persona.
Explicación:
La atención a las exigencias derivadas de una seria reflexión ética, sustentada en una visión clara del ser humano como persona, puede favorecer un ambiente de justicia y paz en el desarrollo de las relaciones humanas que conforman el entramado social y contribuye in solidum (de modo fehaciente) a que cada persona se realice individual y socialmente, con un sentido ético, que integra la responsabilidad en el cumplimiento de sus deberes y la exigencia del reconocimiento de sus derechos, y tenga lo suficiente y necesario para vivir conforme a su dignidad de persona.
Respuesta:La ética, como saber, permite la valoración moral de los actos humanos, especialmente respecto a las relaciones de los hombres en términos de justicia.
Explicación/:
Conforme a lo primero, la reflexión ética considera la naturaleza moral de los actos humanos, según la cual, el acto humano se valora moralmente bueno, en la medida que por él se posee un bien conveniente y adecuado a las exigencias propias de la condición natural del hombre; o se valora moralmente malo, si por el acto se posee un bien inconveniente e inadecuado con las mismas exigencias.
De este modo, es necesario atender a la noción de naturaleza humana para explicitar racionalmente tales exigencias. Por ello, es muy importante establecer el contenido de las enunciaciones morales en términos de naturaleza humana. Este contenido se afirma en función del concepto de dignidad, que es garante de la igualdad y fundamenta el marco jurídico que le cobija.
Con la noción de dignidad se afirma el “carácter” (ethos) específico del hombre como realidad total, esto es, como “persona”, que es lo que ya expresara A. M. S. Boecio en su conocida formulación naturae rationalis individua substantia.
Por tanto, la ética general advierte como principio básico de la acción moral la dignidad de la persona. Así, una acción es moralmente buena, según atienda a las exigencias propias derivadas de la dignidad de la persona, o mala, si es que las contraviene.
Ahora bien, respecto a lo segundo, esto es, la dimensión especial de la ética, esta considera primera y principalmente las acciones humanas particulares en relación con otros hombres, según que el hombre es un ser social por naturaleza. Y el modo en que se realizan las acciones humanas en relación con otros, es la utilidad.
Tomás de Aquino explica que la condición de insuficiencia de los hombres singulares les orienta a relacionarse con otros para cumplir de mejor manera el fin propio: la realización plena o perfección de las potencias naturales, intelectiva y apetitiva, por medio del conocimiento de la verdad y la posesión del bien último (Aquino, Th., Contra Gentiles, III, q. CXXVIII).
De modo que el principio que guía las acciones colectivas o sociales es la perfección mutua, o el cumplimiento del fin común como bien común, esto es, un bien compartido en proporción, pero en razón de la dignidad de la persona.