Historia, pregunta formulada por kiarav0205, hace 11 meses

¿Cuál es la importancia que tienen las características del voto en Argentina a partir de la sanción de la Ley Sáenz Peña en 1912?

Respuestas a la pregunta

Contestado por karenmelissa09
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El 2 de abril de 1916 se realizaron las primeras elecciones presidenciales bajo la ley Nº 8.871. Se trató de una apertura democrática que pronto se vería truncada con el golpe de 1930.

Explicación:

febrero de 1912 el Congreso Nacional sancionó la ley que establecía el sufragio universal masculino, secreto y obligatorio, lo que incrementó los hasta entonces bajos niveles de participación electoral y puso fin a prácticas como el voto cantado o el voto múltiple, que facilitaban diversas formas de coerción sobre los electores por parte de los patrones o caudillos locales.

En las primeras elecciones presidenciales bajo el marco de la nueva legislación, producidas cuatro años después, la opción oficialista resultó inesperadamente derrotada, erigiéndose como presidente el candidato de la Unión Cívica Radical, Hipólito Yrigoyen. De acuerdo a Waldo Ansaldi, investigador principal del CONICET en el Instituto de Estudios de América Latina y el Caribe (IELAC), la denominada Ley Sáenz Peña, pese a sus limitaciones, significó una apertura democrática que puso fin a la etapa de dominación oligárquica.

¿Qué características tenían los procesos electorales en la Argentina antes de la sanción de la Ley Sáenz Peña en 1912?

En un marco legal de ejercicio del sufragio sin restricciones económicas o de educación -sólo de género y edad- , la característica principal era el voto cantado. Cada elector -varón, mayor de edad- se presentaba ante la mesa electoral y de viva voz decía por quién votaba. Ese voto se registraba en una planilla que confeccionaba la autoridad electoral, pues no existía un padrón único. Usualmente, el acto electoral se realizaba al aire libre, en lugares públicos, como el atrio de las iglesias.

¿Qué consecuencias tenía en la práctica?

Una deriva de este mecanismo era la posibilidad de regular la marcha de la votación y cambiar su resultado a medida que transcurría el comicio. Esto se hacía a través del clientelismo, la violencia física y simbólica y formas variadas de fraude, que comenzaban con la exclusión del registro electoral de opositores. Los caudillos y los patrones obligaban a los varones sobre los cuales ejercían algún poder o control a votar por sus candidatos predilectos. No fueros extrañas las prácticas del llamado “voto múltiple” -un mismo hombre votaba en diferentes lugares- el voto grupal, ni la compra de votos. En síntesis, se trataba de un voto cautivo y carente de privacidad, cruzado además por enfrentamientos violentos. El fraude en favor del oficialismo y el hecho de que los niveles de participación electoral no pasaban del 2 por ciento de la población total nos permiten hablar de que había una ausencia de democracia.

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