Castellano, pregunta formulada por benjaminnnnnnnnnnnnn, hace 3 meses

¿Cuál es la importancia del Ciervo Blanco?
en narnia

Respuestas a la pregunta

Contestado por stuar15
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Respuesta:

La batalla terminó pocos minutos después que ellos llegaron. La mayor parte de los enemigos había muerto en el primer ataque de Aslan y sus compañeros; y cuando los que aún vivían vieron que la Bruja estaba muerta, se entregaron o huyeron. Lucía vio entonces que Pedro y Aslan estrechaban sus manos. Era extraño para ella mirar a Pedro como lo veía ahora..., su rostro estaba tan pálido y era tan severo que parecía mucho mayor.

—Edmundo lo hizo todo, Aslan —decía Pedro en ese momento—. Nos habrían arrasado si no hubiera sido por él. La Bruja estaba convirtiendo nuestras tropas en piedra a derecha y a izquierda. Pero nada pudo detener a Edmundo. Se abrió camino a través de tres ogros hacia el lugar en que ella, en ese preciso momento, convertía a uno de los leopardos en estatua. Cuando la alcanzó, tuvo el buen sentido de apuntar con su espada hacia la vara y la hizo pedazos, en lugar de tratar de atacarla a ella y simplemente quedar convertido él mismo en estatua. Ésa fue la equivocación que cometieron todos los demás. Una vez que su vara fue destruida comenzamos a tener algunas oportunidades..., si no hubiéramos perdido a tantos ya. Edmundo está terriblemente herido. Debemos ir a verlo.

Un poco más atrás de la línea de combate encontraron a Edmundo: lo cuidaba la señora Castora. Estaba cubierto de sangre; tenía la boca abierta y su rostro era de un feo color verdoso.

—¡Rápido, Lucía! —llamó Aslan.

Entonces, casi por primera vez, Lucía recordó el precio tónico que le habían obsequiado como regalo de Navidad. Sus manos tiritaban tanto que difícilmente pudo destapar el frasco. Pero se dominó al fin y dejó caer unas pocas gotas en la boca de su hermano.

—Hay otros heridos —dijo Aslan, mientras ella aún miraba ansiosamente el pálido rostro de Edmundo para comprobar si el remedio hacía algún efecto.

—Sí, ya lo sé —dijo Lucía con tono molesto—. Espere un minuto.

—Hija de Eva —dijo Aslan severamente—, otros también están a punto de morir. ¿Es necesario que muera más gente por Edmundo?

—Perdóneme, Aslan —dijo Lucía, y se levantó para salir con él.

Durante la media hora siguiente estuvieron muy ocupados..., la niña atendía a los heridos, mientras él revivía a aquellos que estaban convertidos en piedra. Cuando por fin ella pudo regresar junto a Edmundo, lo encontró de pie, no sólo curado de sus heridas: se veía mejor de lo que ella lo había visto por años; en efecto, desde el primer semestre en aquel horrible colegio, había empezado a andar mal. Ahora era de nuevo lo que siempre había sido y podía mirar de frente otra vez. Y allí, en el campo de batalla, Aslan lo invistió Caballero.

—¿Sabrá Edmundo —susurró Lucía a Susana— lo que Aslan hizo por él? ¿Sabrá realmente en qué consistió el acuerdo con la Bruja?

—¡Cállate! No. Por supuesto que no —dijo Susana. —¿No debería saberlo? —preguntó Lucía.

—¡Oh, no! Seguro que no —dijo Susana—. Sería espantoso para él. Piensa cómo te sentirías tú si fueras él.

—De todas maneras creo que debe saberlo —volvió a decir Lucía; pero, en ese momento, las niñas fueron interrumpidas.

Esa noche durmieron

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