¿Cual es la importancia de la economia tradicional o campesina en colombia?
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
El presente artículo constituye una revisión crítica de autores que exponen fundamentos y principios conceptuales para explicar la persistencia de los sistemas de producción campesinos en el contexto contemporáneo. En este sentido, el estudio surge como respuesta a la pregunta: ¿Qué factores hacen que en un mundo globalizado perduren sistemas de producción campesinos? para dar respuesta a esta pregunta se siguió una metodología basada en análisis y síntesis de discurso de autores reconocidos en el ámbito académico, discusión con expertos, ordenamiento de temas por afinidad e identificación de rasgos comunes entre discursos. El estudio se desarrolló en dos niveles de análisis: la economía campesina en el mundo, y una mirada al caso de la economía campesina en Colombia. La revisión permitió concluir que tanto a escala global como en Colombia, las economías campesinas son importantes en la producción de alimentos de buena calidad, la conservación de la biodiversidad genética, el abastecimiento de alimentos en zonas apartadas, y la consolidación de mercados locales y redes de cooperación en zonas rurales.
Explicación:
Respuesta:
Uno de los factores que más ha incidido para que estos
sistemas productivos hayan perdurado a través del tiempo y
de las circunstancias que los han rodeado, es la permanente
disponibilidad de mano de obra que hay para trabajo en
el campo, fundamentalmente de mano de obra familiar. Al
respecto, Berry (2014) plantea que la agricultura pequeña
utiliza más mano de obra, y tiene una mayor capacidad para
generar empleo por hectárea, que la gran empresa. Así mismo, en la agricultura campesina se implementan diversas
formas de organización y cooperación que han permitido
reducir costos de transacción en compra de insumos y venta de productos y en algunos países el sector campesino ha
gozado de apoyos estatales que les han permitido desenvolverse en la producción y comercialización de sus productos.
Otra línea de análisis que da elementos para comprender
la prevalencia de la agricultura campesina en los contextos
contemporáneos es la brindada por la escuela neoclásica,
la cual considera que en los países en desarrollo existe un
estado de dualidad entre lo tradicional y lo moderno, siendo la primera la producción campesina y la segunda la producción agrícola capitalista. Esta última se caracteriza por
la aplicación de avances tecnológicos y el uso intensivo del
recurso tierra y capital. En el marco conceptual de esta escuela Sender y Johnston (2004) establecen que el tamaño
del predio es un factor determinante en la estructuración
de la modernización agrícola y la distribución del ingreso;
por tanto, para campesinos con pequeños predios como los
minifundios, es baja la posibilidad de acceder a procesos de
modernización agrícola y a la modificación de su tecnología
tradicional.
Pese a lo expresado anteriormente, Van Der Ploeg (2010)
considera que en el ámbito de la realidad empírica se presentan una gama de expresiones que van desde modos de
explotación agrícola de carácter empresarial, a otros de
carácter campesino, no contando a menudo estas últimas
con representaciones teóricas, lo que ha impedido la comprensión de sus dinámicas. Este mismo autor expresa que
si bien se han producido transiciones hacia una agricultura
empresarial, hay ausencia acerca de las continuidades y similitudes entre estas modalidades de producción, en particular si se tiene en consideración que la agricultura empresarial como práctica y el productor como entidad social,
son diferentes al campesino y a sus prácticas culturales y
productivas.
Es importante tener presente que la pregunta central del
presente documento, gira en torno a la prevalencia de la
agricultura campesina y su capacidad de permanecer firme
frente a los procesos de globalización, ya sea como un sistema insertado en el modelo empresarial moderno, o como
un sistema con sus particularidades y funciones sociales,
culturales y políticas en la sociedad. Al respecto Bendini y
Steimbreger (2003), expresan que en los entornos agrarios,
las nuevas formas de competitividad aparecen ligadas a una
reorganización social de la agricultura, y Bonanno (1994),
plantea que la diversidad de formas que genera la actual
estructura económica alcanza a los territorios agrícolas,
en tanto deben orientarse hacia mercados alimenticios en
masa, mercados alimenticios de calidad, re- mercantilización
del territorio rural a través de la industria agrícola o la
restructuración rural de tipo no agrícola.
Para Bendini y Steimbreger (2003), un aspecto cada vez
más importante en la relación entre el gran capital y los
productores, es el requisito de calidad, al cual se le otorga
gran relevancia y se le integra a los procesos productivos
mediante cabales instrucciones a los productores y la incorporación de técnicos y supervisores que realizan monitoreo permanente a los procesos productivos. Por tanto,
las estrategias de acumulación empresarial actuales generan
impacto en pequeños productores respecto a su inserción
en los mercados, su permanencia en el sistema y su viabilidad económica.
Otro aspecto importante que señala Suárez (2007), es la
fuerte tendencia actual a una alta división internacional del
trabajo agrario, reservándose a los países desarrollados la
producción de alimentos básicos para el ser humano (cereales, oleaginosas, grasas y granos), y a los países en desarrollo, los productos tropicales, lo cual a juicio de varios
autores obedece a la aplicación del principio de ventajas
comparativas.
Explicación: