¿Cuál es la imagen de la historia europea que dibuja Bolívar a su interlocutor?
Respuestas a la pregunta
La historia busca revelar las formas del pasado, la memoria las modela, un poco como lo hace la tradición. La preocupación de la primera es poner orden, la segunda está atravesada por el desorden de la pasión, de las emociones y de los afectos
Joël Candau
La Imagen que nos persigue
Un rostro evidencia en nuestra memoria la presencia de contenidos y significantes de difícil articulación con la realidad. Siempre ha estado allí, persiguiéndonos, siguiéndonos, marcándonos las rutas de una identidad basada en el origen de un semblante manejado en la interioridad de sentimientos sublimados por un heroicismo aprehendido a través de la redundancia de una imagen vista y asumida en la continuidad de una certeza que espera un modo de proceder.
Rostro que lleva consigo una inserción social de las subjetividades colectivas, de los lugares de las evocaciones, y que manifiesta el culto de una nueva religión capacitada de “hacer virtualmente inasible la personalidad real de su objeto, hasta el punto de que pasado el tiempo esta última pareciera carecer de interés puesto que de hecho es reemplazada por la personalidad ad hoc conformada por el culto”.
En este sentido el rostro es modificado dentro de zonas de codificación múltiple, de valores y de discursos ambiguos, al tomar independencia con respecto al cuerpo socio-subjetivo real con el que está ligado; pues todo pasa por la presencia del límite creada en la pantalla representada en la piel, en el mapa que lo surca como formación simbólica, como reemplazo del yo interno visualizado en el retrato y en el sistema de convenciones que nos permiten reconocerle, sin embargo algo se encuentra más allá de la superficialidad de la pantalla que observamos, de los elementos formales que la conforman y de las significaciones que se nos han querido entregar.
Una imagen, un retrato, un rostro que posibilita el conocimiento de una época, de su mentalidad, de su memoria y de las distorsiones que en ésta pueden ocasionarse por los manejadores de la pantalla. Pues vaciado el rostro de toda referencia original sólo nos quedan agujeros de discursos, lejanos del primer semblante, del primer nombre y cercano al manejo de la subjetivación del poder en el rostro de un héroe/padre, cohesionador de las profundas diferencias de una sociedad como la venezolana.