cual es la historia del baile carmentea?
por favor un resumen, lo mas corto que puedan no puedo llevar algo largo
2) plato tipico de los llanos
3) dichos tipicos de los llanos orientales
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A comienzos de los años sesenta una canción, de típico corte llanero-colombiano y de sugestivo nombre, comenzó a oírse en las emisoras de Apure y Barinas. Se llamaba Carmentea y tanto su compositor como su intérprete, Luis Ariel Rey eran aún desconocidos en el llano venezolano. La bonita melodía y la poesía de su composición se conjugaron para convertirla en un éxito categórico, un hecho que llevó a artistas venezolanos de la talla de José “Catire” Carpio y el Carrao de Palmarito a realizar sus respectivas grabaciones. El renombre alcanzado por la canción conllevó a indagar sobre sus orígenes para descubrir que ese desconocido autor resultó ser un joven de nombre Miguel Ángel Martín (1), nacido en 1932 en TAME (Arauca) quien años después se convertiría en educador, folclorólogo, periodista e historiador a quien se le debe la creación de la Academia de Música del Meta, el Festival de la Canción Colombiana, el Torneo Internacional del Joropo, el Reinado del Llano, la implementación de las clases de música en los colegios, así como varios libros sobre el folclor llanero. El Maestro murió en Bogotá en 1994, pero su hija Arauca Martín ha mantenido las creaciones de su padre. Don Miguel Ángel fue muy prolífico como compositor, pero en Venezuela, aparte de Carmentea, sólo se conocen algunas de sus canciones grabadas por Ángel Custodio Loyola (Los Profesionales y La Carta de un ciego). La investigación periodística sobre Carmentea llevó al Maestro Martín a decir que la inspiración de esa canción le nació de una mujer araucana cuya belleza lo había cautivado y con quien mantuvo una ligera relación sentimental. Su nombre era Carmen Teresa Aguirre, nacida en Arauca en 1930. Sobre esta mujer, ahora convertida en Mito, se tejieron muchas historias pero al final, ella misma se encargaría de develar su vida que por su fascinación, sobrepasó las grabaciones musicales para llegar al cine, a la literatura, a las telenovelas y a los festivales. De hecho, la artista londinense Sandra An interpretó su vida en una película que no tuvo el éxito esperado porque hubo escenas tan alejadas de la realidad, que la misma Carmentea cuestionó el film (2).
Tiempo más tarde, la escritora araucana Lizneira Roncancio, después de una exhaustiva investigación en los lugares y con las personas que conocieron a Carmentea, escribió el libro “Tu Corazón será mío” en el que señala que “pese a vivir en un época llena de prejuicios y de marcado machismo, Carmentea vivió su vida de acuerdo con sus convicciones y sus tendencias. Amó a quien quiso amar y tuvo las relaciones que quiso tener” (3). Señalan los críticos que en el libro se muestran las facetas claras y oscuras de esta dama en las que se presenta “su vida aguerrida, pero también aquella que pocos conocieron y la pusieron como una mujer en el centro del debate de una sociedad que no se acostumbró a su forma de pensar” (3). Se indica que en su madurez, Carmentea dedicó parte de su tiempo al espiritismo y a la hechicería.
Buen tiempo de su vida, ya con sus gracias marchitas, lo pasó en la ciudad de San Cristóbal (Venezuela) en donde había fijado residencia después de su separación matrimonial. Los recuerdos de sus últimos días seguramente se enmarcaron en aquellos momentos en que el encanto de su juventud guiaba su apasionada vida. Alcanzados los 62 años, en su Arauca natal un cáncer inclemente cerró para siempre los ojazos negros de esa mujer de cuerpo de palma real y de labios de corocora, ahora inmortalizada y convertida en un ícono de llano colombiano.
lo mas corto que pude
Tiempo más tarde, la escritora araucana Lizneira Roncancio, después de una exhaustiva investigación en los lugares y con las personas que conocieron a Carmentea, escribió el libro “Tu Corazón será mío” en el que señala que “pese a vivir en un época llena de prejuicios y de marcado machismo, Carmentea vivió su vida de acuerdo con sus convicciones y sus tendencias. Amó a quien quiso amar y tuvo las relaciones que quiso tener” (3). Señalan los críticos que en el libro se muestran las facetas claras y oscuras de esta dama en las que se presenta “su vida aguerrida, pero también aquella que pocos conocieron y la pusieron como una mujer en el centro del debate de una sociedad que no se acostumbró a su forma de pensar” (3). Se indica que en su madurez, Carmentea dedicó parte de su tiempo al espiritismo y a la hechicería.
Buen tiempo de su vida, ya con sus gracias marchitas, lo pasó en la ciudad de San Cristóbal (Venezuela) en donde había fijado residencia después de su separación matrimonial. Los recuerdos de sus últimos días seguramente se enmarcaron en aquellos momentos en que el encanto de su juventud guiaba su apasionada vida. Alcanzados los 62 años, en su Arauca natal un cáncer inclemente cerró para siempre los ojazos negros de esa mujer de cuerpo de palma real y de labios de corocora, ahora inmortalizada y convertida en un ícono de llano colombiano.
lo mas corto que pude
nicoleytzel:
ok gracias ya lo copie jeje
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