¿Cuál es la función del minisubmarino robótico con relación a los glaciares?
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El robot subacuático navega unos metros y confirma que la parte inferior del Thwaites se encuentra en estado líquido, por lo que se acelera su destrucción
El Libro Guinness de los Records indica que el Lambert, en la zona de la Antártida más próxima a Australia, es el mayor glaciar que existe en la actualidad en nuestro planeta, con una superficie de aproximadamente 1 millón de kilómetros cuadrado (es decir, dos veces la superficie de España).
Este compendio de curiosidades no menciona a otro de los gigantes blancos de la Antártida, considerado por muchos científicos como el más “peligroso”, el glaciar Thwaites.
El Thwaites, bautizado con este nombre de difícil pronunciación en honor del geólogo estadounidense Fredrik T. Thwaites, sólo cubre una superficie de unos 200.000 kilómetros cuadrados (casi media España) pero está considerado como el glaciar más peligroso del mundo por varios motivos.
La velocidad con la que se desplaza la gigantesca masa de hielo que forma el Thwaites, en especial en la parte frontal, que desemboca en el mar de Amundsen, y su deshielo están siendo estudiados en los últimos años por numerosos grupos científicos.
La causa principal de estos estudios es que la pérdida del hielo de este glaciar, que al ritmo actual se podría completar en un algo más de 200 años, supondría -por sí sola- un aumento del nivel del mar a escala planetaria de aproximadamente 1,5 metros.
Uno de los equipos que trabajan en estos estudios, con participación destacada de expertos de la Universidad Tecnológica de Georgia (Estados Unidos) ha presentado ahora los resultados de su investigación, en la que se ha utilizado un minisubmarino robotizado.
El Icefin, nombre de este aparato, ha sido introducido en un pozo de 600 metros de profundidad en el hielo del Thwaites y ha navegado -literalmente- en las aguas que se encuentran en la base de este glaciar, es decir, entre la roca de la superficie terrestre de la Antártida y el hielo del glaciar.
La presión de la masa de hielo facilita que el agua no se congele a los cero grados, como sería normal en condiciones normales al nivel del mar, pero lo más preocupante, indican los investigadores es que el agua estudiada bajo el Thwaites está siendo calentada por las aguas cada vez más calidas del océano profundo.
El equipo responsable de esta investigación ha tenido que trabajar en superficie con temperaturas de casi 20 grados bajo cero, con vientos muy fuertes y con la base antártica permanente más cercana a1.600 kilómetors de distancia.
Después de perforar el pozo con agua caliente, los días 9 y 10 de enero, el Icefin navegó unos centenares de metros para “medir, capturar imágenes y cartografiar el derretimiento del glaciar y recopilar otros datos importantes que los científicos pueden usar para comprender el paisaje y las condiciones cambiantes”, indica la nota informativa difundida por la Georgia Tech.
Operación de inserción del submarino en el pozo excavado en el glaciar antártico
Operación de inserción del submarino en el pozo excavado en el glaciar antártico (USAP)