¿cual es la experiencia espíritual de Moisés y san pablo ?
Respuestas a la pregunta
Respuesta:1.- El misterio insondable de Dios
La teología y la espiritualidad tienen una estructura constituida por
su referencia al misterio insondable e inefable de Dios único en la Trinidad
de personas, Padre, Hijo y Espíritu Santo. Misterio que nos desborda y nos
sobrecoge. Como Moisés se acercó a la zarza que ardía sin consumirse con
los pies descalzos, así nosotros hoy, con profundo respeto y en actitud
adorante nos acercamos al misterio inefable e insondable de Dios.
Recordemos maravillados las palabras del Evangelio de Juan: “En el
principio existía la Palabra, y la Palabra estaba junto a Dios y la Palabra era
Dios” (Jn.1,1). Traigamos también a nuestros labios las palabras de la Carta
a los Hebreos: “Este Hijo es resplandor de su gloria e impronta de su
esencia” (Heb.1, 3). Realmente Dios es “el Padre de nuestro Señor
Jesucristo” (IICort.1, 3). Vamos descubriendo que Dios no es soledad
infinita; sino que es misterio de comunión personal. Pablo nos dice:
“Gracia y paz a vosotros, de parte de Dios nuestro Padre y del Señor
Jesucristo” (Rm.1, 17; ITes.1, 1). En el misterio insondable de Dios
está también el Espíritu Santo: el abrazo sustancial de amor del Padre y del
Hijo. La fórmula bimembre es completada y ampliada en otra trimembre.
Así nos dice san Pablo: “la gracia de nuestro Señor Jesucristo, el amor de
Dios y la comunión del Espíritu Santo sea con vosotros” (2Cort.13, 13;
Rm.15, 30; 1Cort.12, 4ss; Gál.4, 6; 2Tes.2, 13). Estas fórmulas constituyen
la base para la posterior dogmática trinitaria de la Iglesia. Ahora podemos
proclamar que Dios es misterio de comunión trinitaria, y no soledad eterna.
2.- La comunicación de Dios a la humanidad
2.1.- La primera misión: del Misterio Trinitario al Misterio de la
Encarnación del Verbo del Padre.
Por puro amor y gracia el Padre envía a su Hijo al mundo para salvar
y redimir al hombre, para realizar su designio de salvación: “Tanto amó
Dios al mundo que dio a su Hijo único” (Jn.3, 16). Este envío se realiza y
se muestra en el misterio de la Encarnación del Verbo de Dios: “Y el Verbo
se hizo carne y habitó entre nosotros” (Jn.1, 14). San Pablo lo dice
así:”Cuando llegó la plenitud de los tiempos, Dios envió a su Hijo, nacido
de una mujer…para rescatar a los que estaban sujetos a la Ley, a fin de
conferirnos la adopción filial” (Gál.4,45). ).
Explicación: