Cuál es la diferencia entre Platón con el idealismo y Aristóteles con el empirismo y racionalismo
Respuestas a la pregunta
En el cuadro de Rafael La escuela de Atenas, Platón señala hacia arriba. Con el dedo apunta al lugar donde, en su opinión, reside el mundo verdadero, el de las ideas. Para Aristóteles, el mundo verdadero es el sensible, y la esencia de las cosas no reside en un mundo separado, sino en ellas mismas, en su materia y su forma. Por ello, en el mismo cuadro, él señala hacia abajo.
Para Aristóteles, el mundo verdadero es el mundo sensible
Respecto a la concepción divina, Platón habla de un principio ordenador o demiurgo. Aristóteles, de un motor inmóvil, principio de todo movimiento sin estar sometido a movimiento alguno.
Su estilo de escritura se diferencia mucho. Platón, con una hermosa forma y a través de Diálogos (cuyo protagonista no suele ser otro que su maestro, Sócrates), va abordando los distintos problemas del ser. Para llegar a ese punto, Aristóteles ha hecho inventario de todo ser viviente en sus tratados y así, con afán sistemático, abordará los diversos campos del saber universal.
Para Platón, el alma es inmortal. Y la unión del alma y el cuerpo es antinatural, una lucha constante entre sus diversas partes. Aristóteles defiende una unión natural y esencial del cuerpo y el alma, de la forma y la materia que conforman el ser humano.
Platón considera que la unión del alma y el cuerpo es antinatural, degenerando en una lucha constante entre ambas partes
Al hablar de justicia, ambos acercan bastante sus posturas. Platón afirma de ella que es el resultado de que cada una de las partes del alma realice su función tal y como le corresponde. Aristóteles también ve en ella una virtud general, una virtud de virtudes: la justicia, que posee el hombre que alberga en sí mismo todas las demás.
De los regímenes políticos, Platón afirma que el más perfecto es la aristocracia, el gobierno de los mejores. La tiranía y la democracia se encontrarían entre los más imperfectos. Aristóteles distingue tres: monarquía, aristocracia y democracia, según el número de gobernantes –uno, varios o la mayoría–. Y defiende que todos ellos pueden ser buenos cuando el poder se ejerce de forma justa.