cual es la diferencia de los estados democraticos y los gobiernos autoritarios?
DOY CORONA
Respuestas a la pregunta
Explicación:
Un gobierno que actúa de acuerdo con la ley se
sustenta en el Estado de Derecho, pero esto no
implica que es democrático. Existen muchos
casos de gobiernos que cuentan con leyes bien
definidas, pero donde no existe una democracia.
En una sociedad con un gobierno autorita-
rio, las leyes generalmente son injustas y obs-
taculizan la participación de ciertos grupos en
el proceso legislativo. Por ejemplo, Adolfo Hitler
estableció leyes que le permitían al Estado la ex-
propiación de los bienes de grupos con los que
no simpatizaba: judíos, gitanos y comunistas;
luego, aceptó más leyes que permitían el arres-
to y el asesinato de estas comunidades. Técni-
camente la detención y la persecución de estos
grupos minoritarios era legal; sin embargo, las
reglas no se aplicaban de manera equitativa a
todas las personas que vivían en Alemania. Los
integrantes de estos grupos tampoco fueron
consultados, no pudieron participar para el es-
tablecimiento de estas reglas y, mucho menos,
fueron respetados sus derechos humanos.
Si bien es cierto que un gobierno autoritario
puede basarse en la ley, las condiciones de los
individuos son completamente distintas en un
Estado democrático de derecho.
Muchos países cuentan con leyes muy bien
redactadas, pero si las leyes no se hacen cum-
plir, se convierten prácticamente en palabras en
papel. No basta con decir que se protegen los
derechos individuales y que todos son iguales
ante la ley. En un gobierno autoritario, dos vio-
ladores pueden estar sujetos a dos sanciones
distintas por el mismo delito, dependiendo de
qué tan poderosos son o si tienen conocidos que puedan ayudarlos.
Una creciente evidencia muestra que la so-
ciedad puede movilizar su propia cultura para
sentar bases de apoyo popular para el Estado
democrático de derecho; sin embargo, muchos
reformadores continúan ignorando este en-
foque. El gobierno ha orientado sus iniciativas
casi exclusivamente hacia las instituciones: re-
estructuración de leyes, entrenamiento de jueces y fiscales, construcción de costosas instalacio-
nes de investigación para la policía.
Estos esfuerzos, aunque valiosos, no abor-
dan el tema de la cultura en general ni de la
Cultura de la Legalidad, la cual promueve la im-
portancia de respetar las normas y de defender
los derechos de los ciudadanos ante la ley. Con
demasiada frecuencia, los proponentes del Es-
tado democrático de derecho abandonan el es-
cenario cultural. Al hacerlo, ignoran una manera
poco costosa, muy efectiva y duradera de pro-
fundizar la democracia y de fortalecer el Estado
democrático de derecho.
Ningún gobierno democrático puede mantener
la paz y el orden ni lograr la justicia social sin
que la sociedad apoye al Estado democrático de
derecho. Cuando una sociedad no cree en las
bondades del Estado democrático de derecho,
hacer cumplir la ley a través del temor al casti-
go se vuelve prohibitivamente difícil y costoso.