¿Cuál es la conclusión de la encuesta que realizo la OIT (Organización Internacional del Trabajo) sobre Empleo Decente para los jóvenes?
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
Explicación:
Los réditos de cumplir con las normas internacionales del trabajo, con empleos
dignos y bien remunerados, elegidos con
libertad, con protección, y donde el diálogo
social sea la base de sustentación, deberían
reflejar un aumento del bienestar de los trabajadores, pero también el fortalecimiento
de las instituciones democráticas.
Para eso es necesario consolidar un modelo de crecimiento donde el empleo sea
un objetivo de política económica. En este
sentido, la coordinación y concertación social son el punto de partida para redefinir
los instrumentos que actúen sobre la cantidad y calidad del empleo. Las acciones que
se emprendan en este sentido deberán actuar tanto sobre la demanda como sobre la
oferta de trabajo.
La consolidación de estrategias que implican la promoción de trabajo decente deberán
asentarse en consensos de corto, mediano y
largo plazo, que operen a nivel de tal trabajo
insuficiente, de la calidad de la mano de obra
expresada en su formación para el trabajo,
en la protección y en la seguridad de los
trabajadores, en el achicamiento de brechas
entre hombres y mujeres, en la erradicación
del trabajo infantil y el trabajo forzoso, en el
nivel y distribución de los ingresos, y en la
garantía de oportunidades que por derecho
debe tener todo ser humano.
En esta dirección, el monitoreo del mercado de trabajo en los términos que implica
la noción de trabajo decente es la clave para
alcanzar las metas de reducción de los déficit de calidad y cantidad de trabajo. Para
lograrlo, se hace necesario debatir acerca
de cuáles son los instrumentos adecuados
para llevar adelante en el país un programa
de trabajo decente, lo que incluye el desarrollo de herramientas estadísticas cada vez
más precisas y compatibles a nivel regional
que permitan la implementación de un
seguimiento periódico.
El trabajo decente es más que un propósito, ya que su existencia es cuantificable y
caracteriza el desempeño de muchos mercados laborales en donde se respetan no
solo los derechos fundamentales del trabajo, sino también el derecho de las personas a ejercer efectivamente su condición
de ciudadanos.
La seguridad de la población y la recuperación del sentido social del trabajo no son
términos excluyentes en un proceso como
el actual, donde la mundialización de los
mercados condiciona las relaciones entre
países, siempre y cuando ese contexto no
se extienda sobre la base de la consagración
de ganadores y perdedores. En ese sentido,
el trabajo decente tiene réditos, tanto para
trabajadores como para empleadores, beneficios que apuntan a mejorar a la sociedad en su conjunto.
Pese a que la coyuntura histórica es diferente de la del siglo XIX, el respeto de los
derechos sociales y de valores como equidad y dignidad, se reinstalan con igual o
mayor fuerza ante la irracional voluntad
de mostrar como irremediable la pobreza,
el trabajo infantil, el desempleo. De allí
que, volviendo a la pregunta inicial, ¿cómo
surge la noción de trabajo decente?, se
pueda afirmar que la de trabajo decente
es la expresión necesaria para desactivar la
inequidad laboral y la pérdida de bienestar.
La mencionada mundialización del comercio internacional, exige –hoy más que nunca– una plena relación entre la labor de la
Organización Mundial del Comercio (OMC)
y la acción de la OIT, dado que no es admisible que algunos Estados sigan utilizando
el trabajo indecente como modo de sustentar la competitividad de sus economías.
Una estrategia posible es la inclusión de la
cláusula social en los términos del intercambio internacional
Respuesta:
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