¿Cuál es el vínculo que existe entre el Dogma proclamado, la Sagrada Escritura y la Sagrada Tradición?
Respuestas a la pregunta
Respuesta:La tradición escrita está en la Biblia y se denomina Sagrada Escritura, mientras que la que permanece oral no tiene un nombre específico, sino que recibe el nombre genérico de Tradición y es aquella parte de la Revelación que no está consignada por escrito en los libros canónicos.
Explicación:
La Tradición y la Sagrada Escritura están íntimamente unidas y compenetradas entre sí. En efecto, ambas hacen presente y fecundo en la Iglesia el Misterio de Cristo, y surgen de la misma fuente divina: constituyen un solo sagrado depósito de la fe, del cual la Iglesia saca su propia certeza sobre todas las cosas reveladas.
A. Explicación de términos o frases:
“Tradición”: en este número significa solamente tradición oral o viva, no Tradición Apostólica, pues dentro de esta última está la Escritura.
“Depósito de la fe” : Lo que la Iglesia cree y confiesa sobre Jesucristo, que ella misma no puede alterar.
B. Estudio personal o en grupo
1. Explica a tu modo el contenido de este número
2. Ideas principales:
• Tradición y Escritura están tan unidas como si una estuviera dentro de la otra.
• Ambas surgen de la misma fuente divina: Jesucristo
• La Iglesia busca su seguridad y la encuentra en el depósito de la fe, constituido por Tradición y Escritura.
C. Dudas y errores frecuentes
1. Que la Tradición y la Escritura son partes (porciones, trozos) de un todo y cada una tiene una serie de verdades parciales.
Respuesta: No son partes, pues cada una es completa a su modo. Es como transmitir la misma noticia por carta y por teléfono; la carta será más concisa, más precisa y se puede releer y analizar; la conversación oral contendrá más detalles, pero es más difícil de conservar en su exactitud.
2. Hay quien piensa que la fe debe evolucionar para adaptarse a la mentalidad de los tiempos. Que estar atada a la Tradición o a la Escritura , la fosiliza, la momifica.
Respuesta: La cultura de un momento no es el árbitro de la fe, pues la Palabra de Dios juzga la verdad de cada cultura. El depósito es inalterable para la Iglesia. Otra cosa es la obligación de traducirla lo mejor posible a cada época.