Cual es el rol humano dentro de la Concepción mecanicista de la organización
Respuestas a la pregunta
Respuesta:Desde los postulados de Taylor y Fayol, la Administración ha concebido al ser
humano, en el mejor de los casos, como una herramienta para el trabajo y con los
postulados de Weber (1961) acerca del tipo ideal de estructuración de la sociedad y de
la organización y la necesidad de racionalización de la producción, esta concepción
se fortalece y se concibe al ser humano como una parte más del engranaje de la
empresa, que debe ser controlado en virtud de la eficiencia organizativa. Estos
mismos postulados son compartidos por Klisberg (1995), para quien el ser humano
es sólo un elemento que está dispuesto en favor del proceso productivo.
El desarrollo del pensamiento administrativo ha presentado fuertes
contratensionalidades entre las vertientes que propenden por una administración
más humana y las que aún se encuentran ancladas en la instrumentalidad y
racionalidad objetiva de la producción. Aún con los grandes desarrollos teóricos
y con los cambios sociales, la Administración es utilizada como un mecanismo
de poder y control sobre los empleados, lo que evidencian autores ampliamente
difundidos como Chiavenato (2002a), quien le concede un papel importante a
la administración del talento humano, pero paradójicamente deja de lado al
ser humano en la organización. Chiavenato (2002b) afirma que en numerosas
empresas, la administración del talento humano ha incidido radicalmente en el
éxito que han obtenido en todos los niveles, pues el hecho de intervenir el ambiente
organizacional, determina acciones de parte de los empleados que hacen posible la
adaptabilidad a nuevos diseños organizacionales y el incremento de la productividad
y define la gestión del recurso humano como: “El conjunto de políticas y prácticas
necesarias para dirigir los aspectos de los cargos gerenciales relacionados con las
“personas” o recursos humanos, incluidos reclutamiento, selección, capacitación,
recompensas y evaluación de desempeño”(2002c).
Como puede observarse, este autor le da prioridad al proceso por encima del factor
humano, aunque reconoce que las acciones de las personas tienen un impacto en
las organizaciones y este impacto puede ser altamente positivo si se realiza una
adecuada gestión del talento humano tendiente a lograr mayor satisfacción por
parte de los empleados (Chiavenato, 2004). Esta es una concepción administrativa
que empieza a reconocer las necesidades de las personas, pero sólo en relación con
la productividad y no con el reconocimiento de su esencia de seres humanos.
Por su parte Mintzberg (2010) parece olvidarse de las personas y devela su
concepción de la administración como una práctica cotidiana en la que el
Explicación: