cuál es el peligro de reducir el desarrollo de un niño a la maduración innata de sus
estructuras??
Respuestas a la pregunta
Explicación:
multisensoriales, recursos físicos adecuados; pero, principalmente, necesita de un
entorno potenciado por el cuidado, la responsabilidad y el afecto de un adulto
comprometido.
En los últimos años, varias instituciones y países en el ámbito mundial han
señalado la importancia de la atención y educación de la primera infancia (AEPI)
para lograr el desarrollo sostenible de nuestras sociedades. Bajo el acuerdo
colectivo mundial llamado “El Marco de Acción y Declaración de Dakar” (2000)
sobre Educación para Todos, se establecieron 6 objetivos fundamentales. El
primero instituye “extender y mejorar la protección y educación integrales de la
primera infancia, especialmente para los niños más vulnerables y desfavorecidos”,
por lo que surgió la necesidad de construir políticas que permitieran que todos los
niños y niñas accedan a programas de atención y educación de calidad, en un
marco de igualdad de oportunidades y de desarrollo humano. Este objetivo, a su
vez, se encuentra en el marco de los derechos de los niños, establecidos en la
Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Niños.
Por otro lado, existen investigaciones acerca del entorno de los niños y niñas que
han demostrado que la relación de los niños con los adultos causa un gran
impacto en el desarrollo de su cerebro desde la etapa prenatal. La alimentación, la
exposición o utilización de algunas sustancias químicas y el estado de ánimo de la
madre gestante, entre otros, son factores de influencia para un cerebro que está en
plena formación.
El cuidado del ambiente físico, las caricias, las conversaciones, los juegos, el afecto
y las canciones, son otros elementos presentes en la relación entre padres,
educadores y niños desde el nacimiento. Las relaciones interpersonales son el eje
central del desarrollo infantil, ya que los niños y niñas aprenden de los adultos
habilidades emocionales, sociales, cognitivas y se adaptan al entorno. Cuanto
mayor sea el conocimiento que el adulto tenga acerca del proceso de desarrollo
cerebral infantil, más alta será la probabilidad de actuar favorablemente por la
primera infancia.
En sus investigaciones acerca del rol del educador de primera infancia y su
influencia en el crecimiento del cerebro del bebé, Shanker2 resaltó que el adulto
cuidador sirve de “cerebro externo”, motivando y apoyando al bebé. Afirmó que
las experiencias, desde esta relación directa niño-adulto, son vitales para la
integración sensorial, la coordinación sensoriomotora, el desarrollo emocional, los
proceso.