Cuál es el papel de la ciencia frente al origen de la vida y la hominización del hombre
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
Nosotros, los seres humanos, somos los únicos entes de toda la naturaleza que se preguntan por su origen, por su evolución y por su destino, así como por el sentido de su existencia. ¿Quiénes somos? Es decir: ¿En qué consiste ser humano? ¿De dónde venimos? O sea: ¿Cuál fue la especie, y el género, de homínido prehumano que ha dado lugar al género humano? ¿Cómo ha evolucionado nuestro género hasta llegar a nosotros? ¿Cuándo apareció nuestra especie? ¿Dónde lo hizo y a partir de qué especie humana surgió la nuestra? ¿Cuál es el origen de la conciencia humana moderna? ¿Apareció al mismo tiempo que la anatomía humana moderna? ¿Somos un mono con suerte? ¿o somos hijos de Dios? ¿Somos un animal más? ¿Estamos hechos sólo de materia? ¿O tenemos un alma racional y espiritual? ¿Con la muerte se aniquila, o nihiliza, todo el individuo humano o acaso hay algo de nosotros que logra sobrevivir a la muerte? ¿Cuál es el sentido de la existencia humana? ¿Desaparecerá alguna vez la humanidad?
La capacidad de formularse preguntas como estas y la capacidad para elaborar respuestas que sean racionales, que estén debidamente argumentadas y que sean empíricamente fundamentadas es, sin lugar a dudas, una de las características que nos singulariza frente a todos los animales, y nos convierte en únicos en toda la realidad física.
Sobre la entrada del templo de Apolo en Delfos podía leerse la inscripción: Conócete a ti mismo, nosce te ipsum. El cumplimiento de este imperativo ha llevado a los filósofos * (1) (y a los teólogos) a reflexionar, durante 2500 años, sobre la naturaleza humana. Pero... ¿Y la ciencia? ¿qué nos dice la ciencia sobre el origen y la evolución del hombre? La Universidad de Navarra ha tenido la gentileza de invitarme a hablarles precisamente sobre este tema: El estado actual de los conocimientos científicos acerca de la evolución humana, prestando especial atención a los grandes descubrimientos que se han realizado recientemente.
Hace justo 150 años que se descubrieron los primeros fósiles de humanos que acabarían siendo reconocidos como no pertenecientes a nuestra especie. En efecto, en agosto de 1856 unos canteranos procedieron a la voladura de rocas calizas en la cueva Feldhofer, muy cerca de Dusseldorf (Alemania), cuando observaron que entre los restos estaba la parte superior de un cráneo (la calota o calvaria), así como restos de otras partes del esqueleto postcraneal. Los recogieron y se los enseñaron a uno de los propietarios de la cantera, Wilhelm Beckershoff; quien, pensando que podría tratarse de huesos fosilizados de algún oso prehistórico se los regaló a un profesor local de ciencias naturales: Johann Karl Fuhlrott. Éste enseguida se dio cuenta de que eran humanos. Fuhlrott decidió enseñar estos restos a un reputado especialista: Hermann Schaaffhausen (profesor de anatomía de la Universidad de Bonn). Schaaffhausen afirmó que debían pertenecer a una de las razas humanas más antiguas. Quizás pudo ser un bárbaro que vivió en el norte de Alemania unos cuantos miles de años atrás, antes de la llegada de las tribus celtas y germanas.