-¿Cual es el motivo lírico? -¿Cuántos conectores copulativos posee y en qué versos se ubican?
Respuestas a la pregunta
El motivo lírico es una idea, situación o un sentimiento que inspira el poema y que se ve reflejado en este. Para el hablante lírico, este objeto (o sujeto o evento) está cargado de significaciones personales.
A través de este —como es característico del género— se expresa la subjetividad del poeta. Para describirlo, usualmente se utilizan sustantivos abstractos como tristeza, añoranza, goce, felicidad, entre otros.
Por otro lado, un motivo lírico difiere de un motivo narrativo. En la narración, una determinada situación (o motivo) precipita los acontecimientos. Por su parte, en la poesía es un impulso interior lo que desencadena la obra.
Así pues, se entiende como motivo lírico las situaciones significativas que no están centradas necesariamente en el desarrollo de una acción, sino que se transforman en vivencias para el alma.
Ejemplos
Muerte
En el siguiente poema de Miguel Hernández, titulado «Un carnívoro cuchillo», se puede apreciar que el motivo lírico es la muerte.
A través del uso de metáforas (entre estas la que compara la muerte con un cuchillo “de ala dulce y homicida”), el autor hace alusión a la amenaza siempre presente del fin de la vida.
“Un carnívoro cuchillo
de ala dulce y homicida
sostiene un vuelo y un brillo
alrededor de mi vida.
Rayo de metal crispado
fulgentemente caído,
picotea mi costado
y hace en él un triste nido.
Mi sien, florido balcón
de mis edades tempranas,
negra está, y mi corazón,
y mi corazón con canas.
Tal es la mala virtud
del rayo que me rodea,
que voy a mi juventud
como la luna a mi aldea.
Recojo con las pestañas
sal del alma y sal del ojo
y flores de telarañas
de mis tristezas recojo.
¿A dónde iré que no vaya
mi perdición a buscar?
Tu destino es de la playa
y mi vocación del mar.
Descansar de esta labor
de huracán, amor o infierno
no es posible, y el dolor
me hará a mi pesar eterno.
Pero al fin podré vencerte,
ave y rayo secular,
corazón, que de la muerte
nadie ha de hacerme dudar.
Sigue, pues, sigue cuchillo,
volando, hiriendo. Algún día
se pondrá el tiempo amarillo
sobre mi fotografía”.
Hipocresía
A continuación, el poema de Sor Juana Inés de la Cruz tiene como motivo lírico la hipocresía de los hombres con respecto al comportamiento de las mujeres.
“Hombres necios que acusáis
a la mujer sin razón,
sin ver que sois la ocasión
de lo mismo que culpáis:
si con ansia sin igual
solicitáis su desdén,
¿por qué queréis que obren bien
si las incitáis al mal?
Combatís su resistencia,
y luego con gravedad
decís que fue liviandad
lo que hizo la diligencia.
Queréis con presunción necia
hallar a la que buscáis,
para pretendida, Tais,
y en la posesión, Lucrecia.
¿Qué humor puede ser más raro
que el que falta de consejo,
él mismo empaña el espejo
y siente que no esté claro?
Con el favor y el desdén
tenéis condición igual,
quejándoos, si os tratan mal,
burlándoos, si os quieren bien.
Opinión ninguna gana,
pues la que más se recata,
si no os admite, es ingrata
y si os admite, es liviana.
Siempre tan necios andáis
que con desigual nivel
a una culpáis por cruel
y a otra por fácil culpáis.
¿Pues cómo ha de estar templada
la que vuestro amor pretende,
si la que es ingrata ofende
y la que es fácil enfada?…”