cual es el mensaje de los 10 caminos?
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
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Explicación:
1. “No tendrás dioses ajenos delante de mí” (Éxodo 20:3). Debemos hacer “todas las cosas con la mira puesta únicamente en la gloria de Dios” (D. y C. 82:19). Debemos amar y servir al Señor con todo el corazón, alma, mente y fuerza (véase Deuteronomio 6:5; D. y C. 59:5).
2. “No te harás imagen” (Éxodo 20:4). En este mandamiento, el Señor condena la adoración de ídolos. La idolatría puede tener muchas formas. Algunas personas, aunque no se inclinan ante imágenes grabadas o estatuas, igualmente reemplazan al Dios viviente con otros ídolos como el dinero, las posesiones materiales, las ideas o el prestigio. Para ellos, “su tesoro es su dios”, un dios que “perecerá con ellos” (2 Nefi 9:30).
3. “No tomarás el nombre de Jehová tu Dios en vano” (Éxodo 20:7).
4. “Acuérdate del día de reposo para santificarlo” (Éxodo 20:8).
5. “Honra a tu padre y a tu madre” (Éxodo 20:12). Este mandamiento sigue en vigor durante toda nuestra vida y puede interpretarse de varias maneras: Debemos honrar a nuestros padres y madres que son nuestros antepasados; debemos ser agradecidos con el padre y la madre que nos dieron nuestro cuerpo terrenal; y debemos honrar a aquellos que nos educaron en el conocimiento de la verdad. Por encima de todo, debemos honrar a nuestros Padres Celestiales. La forma de honrar a todos estos padres es guardando los mandamientos.
6. “No matarás” (Éxodo 20:13).
7. “No cometerás adulterio” (Éxodo 20:14). En una revelación de los últimos días, el Señor no sólo condenó el adulterio, sino toda “cosa semejante” (D. y C. 59:6). La fornicación, la homosexualidad y otros pecados sexuales son violaciones del séptimo mandamiento.
8. “No hurtarás” (Éxodo 20:15). El hurto o robo es una forma de deshonestidad.
9. “No dirás contra tu prójimo falso testimonio” (Éxodo 20:16). El dar falso testimonio es otra forma de ser deshonesto.
10. “No codiciarás” (Éxodo 20:17). El codiciar o envidiar algo que pertenece a otra persona daña el alma. Puede consumir nuestros pensamientos y asediarnos con constante infelicidad e insatisfacción. A menudo lleva a otros pecados y a las deudas.