¿Cuál es el marco histórico y teórico de discusión de Nietzsche?
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Respuesta:
La vida y el pensamiento de Nietzsche se desarrollan en la segunda mitad del siglo XIX, en el que se fraguan todas las características que definen nuestro tiempo presente. Es el siglo de las revoluciones obreras, con el surgimiento de los movimientos internacionalistas de los trabajadores, el del socialismo, el anarquismo y la contrarrevolución conservadora que pretende restar protagonismo a las masas. La lucha entre los viejos valores de la antigua aristocracia y los nuevos de las masas desheredadas va a generar una polarización del pensamiento. Así, desde el punto de vista político nos encontramos con dos ideologías que representan los intereses de las clases sociales enfrentadas:
La primera gran fuente de la filosofía nietzscheana la constituye la relectura del pensamiento griego, y en especial de los autores trágicos. Esta lectura está guiada por la contraposición entre el ideal apolíneo, que representa la racionalidad normativa, y el ideal dionisíaco, que supone la perturbación de esa realidad por un impulso para alterar sus fundamentos, basado en el deseo de retorno a lo originario y de lo que procede todo ordenamiento racional.
Schopenhauer es el filósofo que más influye en Nietzsche, sobre todo en su primera época, en la que lo admiró profundamente. Para Schopenhauer, autor de El mundo como voluntad y representación, las cosas no son más que representaciones aparentes e ilusorias de una voluntad infinita y ciega. Esta representación es fruto de la organización de las categorías del entendimiento a partir de los materiales que nos proporciona las percepciones. El ser humano es la individualización consciente de esa fuerza ciega. Su voluntad es siempre deseo insatisfecho. Por eso propone, inspirado por el budismo, liberarse a través de la disolución del yo individual en la voluntad universal. Esta liberación se realiza a través del arte y la moral. Nietzsche reaccionó contra el pesimismo y el espíritu de renuncia que domina la filosofía de Schopenhauer, incompatibles con su vitalismo dionisíaco, pero su concepto de voluntad de poder sin duda se inspiró en la filosofía de este autor. La influencia de Schopenhauer en el pensamiento nietzscheano se podría resumir en:
- La inteligencia no es más que una herramienta manejada por los instintos.
- El papel predominante concedido al arte, sobre todo a la música como apaciguador momentáneo de la voluntad.
- Radical desconfianza en la historia y en la visión ilustrada de progreso histórico.
Nietzsche también recibe una importante influencia del pensamiento evolucionista de Darwin, en especial de sus nociones de lucha por la vida, y de selección natural de las especies. En definitiva, trata de redescubrir el componente biológico del ser humano y su parentesco con el resto de las especies vivas. Este pensamiento lleva a Nietzsche a ofrecer una visión completamente diferente de la historia de la humanidad.
La singularidad de Nietzsche se muestra también inequívoca en su diagnóstico del nihilismo como “desvalorización de los valores supremos”, que habita en la misma raíz de la historia de Occidente, desde Sócrates a Schopenhauer cuando nos enseñan que “la vida no vale nada”, y su poder como hilo conductor para analizar los problemas neurálgicos de nuestra civilización, desenmascarando las debilidades de tantas legitimaciones y justificaciones ideológicas que tamizan el orden establecido. Esta misma singularidad nos muestra un Nietzsche desenmascarador de mentiras, conscientes e inconscientes, de las hipocresías y de las superestructuras, sociales o psicológicas, de la metafísica y de la moral burguesa-cristiana.
La crítica contra la tradición occidental comienza con la eliminación de todo lenguaje sistemático en tanto que discurso ordenado de ideas propias de la filosofía occidental. “el ansia de sistema constituye una falta de honradez” (Crepúsculo de los ídolos). Es por ello que recurra al lenguaje poético y a los aforismos, de ahí la influencia de Goethe al que consideraba como el auténtico pagano de la Ilustración que comprendió el mundo más en su expresión artística que en la especulación racional.