cual es el interés económico que inpulsaba los grandes viajes de los españoles
Respuestas a la pregunta
Respuesta:OKEY
Explicación:
Las expediciones portuguesas a África se iniciaron durante el reinado de Juan I, a partir de la conquista de Ceuta, encabezado por su hijo, el príncipe Enrique el Navegante.
Las travesías españolas comenzaron varias décadas más tarde, pero no fueron menos importantes, ya que, pese a que llegaron a Asia después, encontraron, gracias a Cristóbal Colón, un nuevo continente en el intento: América.
Durante la Antigüedad y la Edad Media, el espacio geográfico conocido por los europeos era muy reducido: del mar Mediterráneo al Mar del Norte y de las costas de Portugal a Mesopotamia. Se sabía de África y, gracias a los viajes de Marco Polo (siglo XIII), de la existencia de un “lejano oriente”. Pero se ignoraban las dimensiones y características geográficas de estos continentes, o se tenía una idea deformada, basada en los relatos de diversos viajeros y comerciantes.
La existencia del océano Atlántico era evidente, pero parecía muy arriesgado ingresar a tan inmensurable mar. Solo a fines del siglo XV y a principios del XVI, los marinos españoles y portugueses se aventuraron a adentrarse en el Atlántico, en procura de nuevas rutas hacia distantes regiones del planeta.
Existían diversas causas que contribuyeron a la realización de los grandes descubrimientos geográficos, entre ellas, las económicas, las ideológicas y las tecnológicas.
Causas económicas
Durante gran parte de la Edad Media, los conocimientos geográficos de los europeos se limitaron a su propio continente y a las zonas que rodeaban el mar Mediterráneo. Recién con las Cruzadas se estableció un contacto con el Oriente, iniciándose un comercio fluido con la India y las islas Cipango (actual Japón), Catay (China) y Molucas (en Indonesia), entre otras. Los europeos adquirían ámbar, aceite de rosas, almizcle (sirve para hacer cosméticos y perfumes), sedas, perlas, porcelanas, tapices, perfumes, marfil y las apreciadas especias, como la canela, clavos de olor, laurel, nuez moscada, vainilla, jengibre y pimienta, que utilizaban para cocinar y preservar los alimentos, en especial la carne. Los farmacéuticos compraban opio, alcanfor, resinas y bálsamos. El incienso se ocupaba en las ceremonias religiosas.