¿cual es el compromiso de la OMS para revertir la mala alimentación y las enfermedades
Respuestas a la pregunta
la Nutrición consagra el derecho de toda persona a tener acceso a alimentos inocuos, suficientes y nutritivos, y compromete a los gobiernos a prevenir la malnutrición en todas sus formas, incluyendo el hambre, las carencias de micronutrientes y la obesidad.
Los sistemas alimentarios sostenibles son clave para la promoción de una dieta saludable. Los gobiernos están llamados a promover una agricultura que mejore la nutrición, integrando los objetivos nutricionales en el diseño e implementación de programas agrícolas, garantizando la seguridad alimentaria y promoviendo dietas saludables.
Si bien la prevalencia del hambre se ha reducido en un 21 por ciento desde el período 1990-92, todavía hay en el mundo más de 800 millones de personas hambrientas. Aunque también ha disminuido su impacto, se calcula que en 2013 había aún 161 millones de niños de menos de cinco años afectados por el retraso en el crecimiento (estatura baja para la edad) y, y 51 millones por la emaciación (bajo peso para la estatura). La subalimentación está vinculada a casi la mitad de todas las muertes de niños menores de cinco años, unas 2,8 millones al año.
Más de 2 000 millones de personas se ven afectadas por las carencias de micronutrientes, o "hambre oculta", debida a la insuficiencia de vitaminas o minerales. Mientras tanto, la carga de la obesidad está creciendo rápidamente, con alrededor de 500 millones de personas obesas ahora, y tres veces más sobrepeso. Unos 42 millones de niños menores de cinco años ya tienen sobrepeso. Por otra parte, las diferentes formas de malnutrición a menudo se superponen, con las personas que viven en las mismas comunidades -a veces incluso en el mismo hogar- padeciendo hambre, carencias de micronutrientes y obesidad. En general, la mitad de la población mundial se ve afectada por algún tipo de malnutrición.
Sistemas alimentarios sostenibles para una alimentación saludable
El papel de los sistemas alimentarios -la forma en que los alimentos son procesados, distribuidos, comercializados y preparados para el consumo humano- es crucial en la lucha contra la malnutrición. Muchas de las recomendaciones aprobadas hoy por los ministros se centran en garantizar que los sistemas alimentarios sean más sostenibles y promover dietas variadas y saludables.
Con este fin, se insta a los gobiernos a fortalecer la producción y el procesado local de alimentos, en especial por los pequeños campesinos y los agricultores familiares, prestando especial atención al empoderamiento de la mujer.
Si bien es importante el enfoque en los sistemas alimentarios, se piden también acciones complementarias en otros sectores. Aquí se incluyen la educación y la información nutricional, las intervenciones nutricionales directas del sistema sanitario (como el asesoramiento y el apoyo en lactancia materna, la gestión de la malnutrición aguda en la comunidad, y el aporte de suplementos de hierro y ácido fólico a mujeres en edad reproductiva) y otros servicios de salud para mejorar la nutrición, agua, higiene y saneamiento, seguridad alimentaria, protección social, el comercio y las inversiones internacionales.
Esfuerzos dirigidos a madres, lactantes y niños
La malnutrición es más dañina en las etapas más tempranas de la vida. Los países deben, por lo tanto, dirigir esfuerzos especiales para abordar las necesidades nutricionales de las madres antes y durante el embarazo, y de los bebés durante los primeros 1 000 días desde la concepción hasta los dos años de edad. Un aspecto clave es promover y apoyar la lactancia materna exclusiva durante seis meses, y prolongarla hasta los dos años o más allá.
Se insta a los gobiernos a educar e informar a sus ciudadanos acerca de las prácticas de alimentación saludables, y también a introducir medidas de protección social, como los programas de alimentación escolar, para proporcionar una dieta nutritiva a los más vulnerables. Las iniciativas para combatir la obesidad deben reforzarse con la creación de entornos saludables que promuevan también la actividad física desde una edad temprana.
Con el fin de facilitar el acceso universal a una alimentación saludable, los gobiernos deben alentar a una reducción de las grasas trans, grasas saturadas, azúcares y sal en los alimentos y bebidas, y mejorar el contenido nutricional de los alimentos a través de instrumentos normativos y voluntarios. La Declaración de Roma también hace un llamamiento a los gobiernos para regular la comercialización de los preparados para lactantes y para proteger a los consumidores, especialmente los niños, de la comercialización y publicidad de alimentos y bebidas poco saludables.