Cuál era la situación de las fuerzas armadas al inicio del segundo gobierno de Fernando Belaúnde Terry?
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Respuesta:
El papel de las FF.AA en el segundo gobierno de Belaúnde fue de suma importancia por dos razones: permanecían los mismos altos mandos militares que habían regido el país en el reciente gobierno militar; y porque el inicio de este nuevo mandato coincidió con el inicio de la violencia terrorista desatada por Sendero Luminoso, autodenominado Partido Comunista, de inspiración maoísta
En principio, las FF.AA. siempre estuvieron atentas a las acciones que los gobiernos democráticos han realizado, sobre todos desde la segunda mitad del siglo XX. Luego del régimen militar de 1968-1980, el poder de la institución quedó intacto debido a ciertas estrategias legales que la dejaban intocable ante el Poder Ejecutivo. En ese sentido, y con esas bases legales, Belaúnde entró al poder con un carácter sumiso respecto a las acciones de las FF.AA. Como principales ejemplos está la designación de tres militares retirados en cargos ministeriales, con el fin de que el poder de la cúpula militar se reforzara; y la presencia de los militares en varias de los eventos presidenciales o asuntos en los que no se necesitaban a autoridades del Ejército. Sin embargo, no todo era sumisión del Estado, sino que también hubo casos en los que las FF.AA le daban la razón y apoyaban las decisiones que el presidente y las autoridades del gobierno tomaban independientemente, como el caso del conflicto con Ecuador en 1981.[11]
A pesar de lo anterior, era obvio que el nuevo gobierno democrático, que se mostraba débil (al igual que los partidos y otras fuerzas políticas), necesitaba del amparo de los militares,[11] más aún cuando Sendero Luminoso empezó con su expansión con miras al ámbito nacional (1982).
Respecto a la lucha contra Sendero Luminoso, Cotler señala que Belaúnde definía al problema terrorista como un simple levantamiento, el cual podía ser solucionado con el envío de policías a la zona de ataque. Sin embargo, la situación empeoró y el presidente tuvo que aceptar la gravedad del problema. Su solución inmediata fue darle las facultades a las FF.AA. para que se hagan cargo de la subversión que había tomado carácter político y tengan el control político en las zonas de emergencia que cubrían casi la mitad del país.[14]
Sin embargo, los lazos con los militares se volvieron ambiguos luego de que la intervención de estos se hizo incontrolable en asuntos que incumbía solamente al gobierno. Como consecuencia, la autonomía institucional que las FF.AA. tenían les fue cancelada, lo cual tuvo como resultado el resquebrajamiento de los militares y la imposibilidad de que se organizaran para un golpe de Estado, junto con su desmoralización y desorientación.[11] Esto último, sumado a la ayuda económica denegada a las FF.AA., también fueron causa de que la reacción ante el terrorismo fuese paupérrima y lenta, permitiendo que Sendero Luminoso avanzara con mayor facilidad.