Cual era la ambision delos españoles
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
La historia del mundo ha estado ligada siempre al oro, metal que ha actuado como un perpetuum módem de la evolución de las civilizaciones.
”Cuando el oro apoya una causa, la elocuencia es impotente”. Publilius Syrus.
La historia del mundo ha estado ligada siempre al oro, metal que ha actuado como un perpetuum módem de la evolución de las civilizaciones. En la mítica universal el sol y el oro fueron identificados con mandato divino. Y el oro significaba la señal de alteza de su poseedor discernida por la voluntad celeste. Es decir, desde el comienzo de las civilizaciones el oro ha sido un símbolo y, por supuesto, un instrumento de poder y causa de sangrientas luchas por poseerlo.
El oro ya era sagrado desde la edad de cobre (4,500 A.C.). Para los griegos y romanos sus dioses estaban hechos de oro, de acuerdo a Ernesto Milà. Según el poeta griego Homero, la túnica, la balanza y el látigo de Zeus eran de oro igual como el escudo de Apolo, las riendas de Artemis, las sandalias de Atenea y el látigo de Poseidón. El historiador y biógrafo romano, Caius Suetonius escribió que el edificio destinado a glorificar a Mitra, que en Persia e India era el dios de la luz solar, estaba cubierto de oro. Para otras culturas, como la judía, el oro era más terrenal a pesar de todos los esfuerzos de Moisés de darle el símbolo divino. El mismo Abraham, según Génesis, era rico porque poseía oro y rebaños.
El uso de oro como dinero comenzó de lo que se sabe en la ciudad griega Lydia en el año 610 A.C. y unos 60 años más tarde en China. Sin embargo, en Europa hasta el final del siglo XVI el oro era muy escaso, en total menos de 90 toneladas. Pero todo cambió después de la invasión española al continente americano. El inca Atahuallpa en Perú marcó el destino de su pueblo cuando les ofreció a los españoles un cuarto lleno de oro y dos de plata, a cambio de su libertad. La sed por el oro fue tal que los conquistadores no solo lo asesinaron, sino que decidieron hacerse de todo el imperio. Así, la invasión española facilitó el saqueo de 700 toneladas de oro en las tierras conquistadas y el genocidio de su población. La nueva riqueza de los españoles y el crecimiento de su poderío significó también la destrucción del Imperio Incaico.
El oro para los españoles significaba una riqueza para explotarse, para pagar gastos de guerra, comprar voluntades y enriquecer a quienes lo poseyeran. En este afán las más bellas obras de orfebrería, fueron fundidas menospreciando el valor artístico para convertirlas en lingotes de oro.
Para los nativos americanos, el oro, llamado en náhuatl "teocuitlatl", significaba excremento de los dioses. Su uso fue ritual y ornamental pero el verdadero valor, se lo daban a la habilidad de los orfebres para crear piezas de delicada manufactura y la maestría aplicada en dichas piezas. Un texto de la época que menciona la admiración que causaba el trabajo indígena entre los artistas europeos contemporáneos, mientras los conquistadores españoles solamente le apreciaban un valor económico:
Explicación:
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