¿Cual era el centro de la reflexión en la edad media?
Respuestas a la pregunta
El centro de reflexión de la edad Media era Dios y casi todas las corrientes de pensamientos filosóficos fueron llevados de a mano de la biblia.
En la primera etapa de la edad media, siglo V., el teólogo cristiano, Agustín de Hipona, (354-430), quien en su juventud había adoptado el Maniqueísmo; se convirtió al cristianismo bajo la influencia de San Ambrosio, siendo nombrado posteriormente obispo de Hipona, cargo que desempeñó hasta su muerte.
Su trabajo literario entre los que se destacan “Las confesiones”, meditación autobiográfica sobre la gracia de Dios, “La ciudad de Dios”, tratado sobre la naturaleza de la sociedad humana y el lugar del cristianismo en la historia, y sus sermones y cartas, revelan la influencia del neolatonismo y mantienen un debate con los defensores del maniqueísmo.
Sus visiones sobre la predestinación influyeron en teólogos posteriores, particularmente en Juan Calvino.
En la segunda parte de la Edad Media, siglo XIII, Santo Tomás de Aquino, (1224/5-1274), fue el más eminente filósofo y teólogo de la Iglesia Católica.
El gran logro de Aquino, fue integrar el rigor de la filosofía de Aristóteles al pensamiento cristiano, así como los primeros padres de la Iglesia habían integrado el pensamiento de Platón al cristianismo primitivo.
Santo Tomás estaba convencido que la razón era capaz de operar dentro de la fe.
Los filósofos confían sólo en la razón mientras los teólogos aceptan la fe como punto de partida, llegando posteriormente a una conclusión por medio de la razón.
Ese punto de vista se prestaba a polémicas así como la creencia en el valor religioso de la naturaleza y en que denigrar la perfección de la creación era lo mismo que denigrar a su creador.
Para Santo Tomás, el alma humana es inmortal y una forma existente única; en cuanto al conocimiento humano sostenía que se basa en la experiencia sensorial, dependiendo también de la capacidad de reflexión de la mente.
Para él, todas las criaturas tienen una tendencia natural hacia Dios que puede ser elevada a través de la gracia.
La filosofía de la edad media fue un movimiento teológico y filosófico, denominado escolástico, que buscaba integrar el pensamiento secular del mundo antiguo, como el de Aristóteles, con el dogma implícito en las revelaciones del cristianismo.
Su meta era alcanzar una síntesis del saber con la teología, jerarquizando el conocimiento.
Figuras principales de la escolástica fueron Pedro Abelardo, San Anselmo de Canterbury, San Alberto Magno y Roger Bacon.
Este movimiento floreció, inspirado en los escritos de Santo Tomás de Aquino y sentó las bases de muchos renacimientos posteriores con la influencia ejercida por ejemplo, por los filósofos modernos como Jacques Maritain y el de Etienne Gilson