¿Cuál debe ser la mejor actuación ante los fracasos? Profundizar en esta pregunta mínimo 20 renglones.
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Respuesta:
Fracasar, no alcanzar una meta u objetivo es algo absolutamente normal y cotidiano, algo que todo el mundo va a experimentar a lo largo de su vida no una, sino muchas veces.
No es, por definición, un hecho agradable. A nadie le gusta fracasar, no lograr algo que se propuso. El punto es que no todo el mundo se lo toma de la misma forma y hay personas que pueden llevar el miedo al fracaso a extremos paralizantes.“Hay personas que desarrollan unos miedos al fracaso muy grandes, es decir que presentan reacciones emocionales intensas cuando no alcanzan sus objetivos y para las cuales fracasar es imperdonable e irreparable”, explican en una entrevista con Europa Press las integrantes de la Sociedad Española para el Avance de la Psicología Clínica y de la Salud (SEPCyS), la investigadora de la Universidad Complutense de Madrid (UCM) Rocío Fausor y la profesora, también de la UCM, Noelia Morán.
De hecho, “para algunas personas, la posibilidad de fracasar es tan negativa e inaceptable que ni siquiera intentan alcanzar sus objetivos: lo prefieren a tener que enfrentar la posibilidad de no conseguir lo que desean”, puntualizan las expertas, que añaden que estas personas “suelen interpretar que esos objetivos o bien son inalcanzables, o bien el hecho de intentar conseguirlos supone un riesgo importante para ellas” en términos de su estabilidad emocional.
Las personas que temen al fracaso, añaden Fausor y Morán, comparten “un conjunto de factores” y características en su personalidad, como “la presencia de un excesivo perfeccionismo, una valoración propia muy centrada en el resultado, una baja autoestima, una tendencia elevada a criticarse demasiado ante los fracasos, un gran nivel de temor frente a lo que pensarán los demás si no consiguen ser exitosos y una baja capacidad de regular las emociones negativas”.
No obstante, el fracaso puede enseñar lecciones valiosas a las personas. “Ver el fracaso como algo reparable, no catastrófico, y como una oportunidad para detectar aquello que no sabemos o no hemos podido hacer del todo bien nos ayuda a mejorar, a fijarnos metas realizables y a tolerar mejor el fracaso”, aseguran las expertas de SEPCyS.
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