¿Cuál de las tres especies fósiles es la más reciente?, ¿por qué?
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
La evolución humana u hominización es el proceso de evolución biológica del Homo sapiens. El estudio de dicho proceso requiere un análisis interdisciplinar en el que se aúnan conocimientos procedentes de ciencias como la genética, la antropología física, la paleontología, la estratigrafía, la geocronología, la arqueología, la lingüística y otras.
El término «humano», en el contexto de su evolución, se refiere a los individuos del género Homo. Sin embargo, los estudios de la evolución humana incluyen otros homininos, como Ardipithecus, Australopithecus, etc. Los científicos han estimado que las líneas evolutivas de los seres humanos y de los chimpancés se separaron hace entre 5 y 7 millones de años. A partir de esta separación continuó la ramificación en nuevas especies, todas extintas actualmente a excepción del Homo sapiens. Las especies anteriores al final del Mioceno son de difícil asociación directa con el árbol evolutivo humano aunque son necesarias para comprender las ramas posteriores.
Los primeros posibles homínidos bípedos (homininos) pertenecían a la especie Sahelanthropus tchadiensis, aunque otros autores lo cuestionan.1 Respecto a Orrorin tugenensis no hay consenso sobre si fue totalmente bípeda. En lo referente a Ardipithecus, tras el descubrimiento de un esqueleto casi completo, apodado Ardi, se han resuelto algunas dudas sobre su bipedestación. La forma de la parte superior de la pelvis indica que era bípedo y que caminaba con la espalda recta, pero la forma del pie, con el dedo gordo dirigido hacia adentro (como en las manos), en vez de ser paralelo a los demás, indica que debía caminar apoyándose sobre la parte externa de los pies, y que no podía recorrer grandes distancias
Las tablas muestran algunos de los fósiles descubiertos en relación con la evolución humana. Existen miles de ellos, pero este anexo no tiene como fin mostrarlos todos. Los criterios básicos de selección han sido: mostrar al menos uno de cada una de las especies descritas, aquellos de más y menos antigüedad en cada especie, aquellos que marcaron algunos hitos relevantes en la investigación, algunos de los de mayor difusión mediática u otros criterios de los autores. Los fósiles están ordenados por su edad, establecida por diversos métodos de datación. Los nombres científicos de las especies representan el consenso científico actual y cuando no hay un consenso claro, se hace notar.
Las siguientes indicaciones ayudan a una mejor comprensión de las tablas:
Los colores de fondo de las tablas corresponden a los del gráfico superior.
La ordenación cronológica se basa en la fecha más reciente en caso de existir un margen, que puede deberse al dado por la datación más aceptada o a la existencia de varias dataciones.
La división en periodos es aproximada.
El «lugar» corresponde a la división administrativa de países de la segunda década del siglo XXI y no a la del momento del descubrimiento.
Existe un comentario sobre algunas de las imágenes que se visualiza al pasar el puntero sobre ellas o al observar el carrusel de imágenes del artículo
Respuesta:
El género humano ya había aparecido en el este de África hace 2,8 millones de años, según se deduce de un fragmento de mandíbula de esta antigüedad descubierto en Etiopía. El fósil, de ocho centímetros de longitud y con cinco piezas dentales incrustadas, es el resto humano más antiguo encontrado hasta la fecha y supera en casi medio millón de años al segundo. Su descubrimiento aclara qué ocurrió en un periodo crucial de la historia de la humanidad, pero que se conoce mal por la escasez de fósiles.
Los resultados de la investigación, presentados en la revista Science, indican que el género Homo desciende probablemente de la especie Australopithecus afarensis a la que pertenece la emblemática Lucy. Sugieren también que fue un cambio climático lo que propició la aparición de la humanidad en el este de África. Aquel cambio climático redujo los bosques y amplió las llanuras áridas, de modo que los primeros humanos evolucionaron en un entorno similar al del Serengeti actual.
Una segunda investigación, presentada en la revista Nature, ha reconstruido cómo era la cabeza de un Homo habilis que vivió hace 1,8 millones de años en lo que hoy es Tanzania. La reconstrucción aporta datos adicionales para comprender el primer millón de años de la historia de la humanidad. Demuestra que el Homo habilis combinaba una mandíbula primitiva parecida a la de los australopitecos con un cráneo más moderno, mayor de lo que se creía hasta ahora, de modo el aumento del tamaño del cerebro emerge como uno de los cambios fundamentales que guió la evolución humana.
El fósil humano más antiguo se ha encontrado en la región de Afar, en el este de Etiopía, a pocos kilómetros de donde hace cuatro décadas se descubrió el esqueleto de Lucy. Apareció el 29 de enero de 2013 durante una campaña de excavación en el área de Ledi-Geraru. Un equipo internacional de paleoantropólogos dirigido por Kaye Reed, de la Universidad del Estado de Arizona (EE.UU.), lo ha estado estudiando durante los dos últimos años.
Explicación:
Se trata sólo de la mitad izquierda de la mandíbula, por lo que se sabe poco de su propietario. No se ha podido determinar si era hombre o mujer, ni qué edad tenía, ni cómo eran el resto de su cara o de su cuerpo. Tan poco se sabe de él que sus descubridores se han abstenido de definir una especie para clasificarlo.
Pero el fósil combina rasgos de especies anteriores de australopitecos y de especies posteriores humanas. De los australopitecos conserva sobre todo la forma de la mandíbula. De los humanos, tiene ya la forma de los dientes, así como algunos detalles de la mandíbula. Estos rasgos son suficientes, según sus descubridores, para asignar el fósil al género Homo.
El fósil humano más antiguo identificado hasta la fecha era un maxilar de hace 2,35 millones de años encontrado en 1994 en la región de Hadar, también en Etiopía. La mandíbula descrita ahora, por lo tanto, extiende en casi medio millón de años el registro fósil del género Homo.
Si correspondía a una especie intermedia entre los Australopithecus afarensis y los humanos posteriores como el Homo habilis, puede deducirse que ya debía ser perfectamente bípedo, que medía alrededor de 1,20 de altura y que tenía un cerebro de alrededor de medio litro (algo mayor que el de un chimpancé pero menos de la mitad que el nuestro).
También puede deducirse cómo era el lugar donde vivió a partir de los más de 600 fósiles de otras especies hallados junto a la mandíbula, así como de los sedimentos geológicos de la zona. Abundan los restos de herbívoros propios de la sabana como antílopes y elefantes prehistóricos, junto a animales acuáticos como cocodrilos, hipopótamos y peces. También hay sedimentos de un gran lago en el que desembocaban ríos y al que los primeros humanos debían ir a beber. Por el contrario, no hay restos fósiles de árboles.