¿Cual crees que es la posición de los jóvenes frente a la pena de muerte?
por fa me pueden ayudar
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De qué se trata
Pero, más allá de las repercusiones recogidas -la mayoría negativas para el proyecto- veamos de qué se trata la iniciativa y cómo la sustentan sus autores.
La pena de muerte, según la idea de los siete alumnos paranaenses, se aplicaría sólo en los siguientes casos:
Secuestro extorsivo seguido de muerte.
Al criminal reincidente cuando, a pesar de las otras penas que se le hubiesen impuesto, reitere sus conductas.
Violación seguida de muerte.
Genocidios y/o delitos de lesa humanidad.
A los condenados a prisión y/o reclusión perpetua que optaren por la pena de muerte.
A los convictos por delitos violentos y/o terrorismo internacional.
A los homicidas que hubieren ocultado o simulado apariencias para rehuir la responsabilidad penal.
"Consideramos -agregan los estudiantes secundarios- que la pena de muerte es un instrumento de defensa social, al mismo tiempo que instrumento de sanción moral. Debe ser justa, proporcional al delito. Es necesaria, porque es temida por los malhechores y por el público en general.
"Previo a instrumentarse, la Argentina debe denunciar total o parcialmente el Pacto de San José de Costa Rica, ratificado por ley 23.054, pasando nuestro país a ser un miembro no adherente a dicho tratado internacional", concluyen los autores.
Los chicos incluyeron en su trabajo los resultados de una encuesta realizada en Paraná por ellos mismos. El sondeo, del que no se precisó sobre qué universo fue hecho, arrojó que el 50 por ciento de los consultados se expresó en favor de la pena capital, el 40% en contra y el 10 por ciento no respondió.
La directora del establecimiento, Catalina Ayala de Di Lello, también se suma a quienes critican la iniciativa. Pero tampoco la censura.
"Los alumnos analizaron varios temas y eligieron éste, nosotros tenemos que garantizarle la libertad para que estudien y se expresen. Hay que entender que son chicos jóvenes. No podemos juzgar su trabajo con tanta severidad", dijo a La Nación .
Uno de los autores, Maximiliano Villasboas, no arruga ante la ola de críticas que despertaron. "Tenemos argumentos valiosos para defender nuestro proyecto", indicó.
Dos de las tres chicas del grupo, Romina Bogado y Nadia Martínez, no están del todo de acuerdo con la dureza del proyecto compartido. Pero, tras la votación de rigor, aceptaron la postura mayoritaria.
"Ninguna persona tiene el derecho ni la obligación de decidir quién muere", explicó Romina. Y nos desconcierta: "Además, no confío en la Justicia".
Pero, más allá de las repercusiones recogidas -la mayoría negativas para el proyecto- veamos de qué se trata la iniciativa y cómo la sustentan sus autores.
La pena de muerte, según la idea de los siete alumnos paranaenses, se aplicaría sólo en los siguientes casos:
Secuestro extorsivo seguido de muerte.
Al criminal reincidente cuando, a pesar de las otras penas que se le hubiesen impuesto, reitere sus conductas.
Violación seguida de muerte.
Genocidios y/o delitos de lesa humanidad.
A los condenados a prisión y/o reclusión perpetua que optaren por la pena de muerte.
A los convictos por delitos violentos y/o terrorismo internacional.
A los homicidas que hubieren ocultado o simulado apariencias para rehuir la responsabilidad penal.
"Consideramos -agregan los estudiantes secundarios- que la pena de muerte es un instrumento de defensa social, al mismo tiempo que instrumento de sanción moral. Debe ser justa, proporcional al delito. Es necesaria, porque es temida por los malhechores y por el público en general.
"Previo a instrumentarse, la Argentina debe denunciar total o parcialmente el Pacto de San José de Costa Rica, ratificado por ley 23.054, pasando nuestro país a ser un miembro no adherente a dicho tratado internacional", concluyen los autores.
Los chicos incluyeron en su trabajo los resultados de una encuesta realizada en Paraná por ellos mismos. El sondeo, del que no se precisó sobre qué universo fue hecho, arrojó que el 50 por ciento de los consultados se expresó en favor de la pena capital, el 40% en contra y el 10 por ciento no respondió.
La directora del establecimiento, Catalina Ayala de Di Lello, también se suma a quienes critican la iniciativa. Pero tampoco la censura.
"Los alumnos analizaron varios temas y eligieron éste, nosotros tenemos que garantizarle la libertad para que estudien y se expresen. Hay que entender que son chicos jóvenes. No podemos juzgar su trabajo con tanta severidad", dijo a La Nación .
Uno de los autores, Maximiliano Villasboas, no arruga ante la ola de críticas que despertaron. "Tenemos argumentos valiosos para defender nuestro proyecto", indicó.
Dos de las tres chicas del grupo, Romina Bogado y Nadia Martínez, no están del todo de acuerdo con la dureza del proyecto compartido. Pero, tras la votación de rigor, aceptaron la postura mayoritaria.
"Ninguna persona tiene el derecho ni la obligación de decidir quién muere", explicó Romina. Y nos desconcierta: "Además, no confío en la Justicia".
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