¿Cual consideras que fue la actitud de la población al saber que las monarquías europeas retornaban al poder con principios anteriores a los de la revolución Francesa?
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
En Europa permanecen una decena de monarquías. Existen en la medida en que son de utilidad para sus países. Detrás de los protocolos, de los escudos y de la parafernalia hay un propósito totalmente pragmático. “Las monarquías en Europa no están en cuestión”, dice Yolanda Gómez, catedrática y constitucionalista experta en monarquías.
“No hay movimientos contra ellas; lo importante es que funcionen en Estados democráticos, que es donde se integra la jefatura de Estado. No sucede lo mismo en países sin democracias sólidas, como algunos árabes”.
José María de Francisco, historiador y decano de la Universidad Complutense de Madrid, explica que “la historia de América es diferente a la de Europa. Europa se formó con monarquías”. Y señala que la Corona cumple funciones determinadas en los países donde se conserva. En Bélgica, por ejemplo, da continuidad. Fue la fórmula de unión elegida tras la revolución de 1830. En Mónaco y Liechtenstein garantiza su existencia.
“De otra manera es posible que los países vecinos los hubieran anexado”. Y, en general, el sistema político elegido produce bienestar a los pobladores. “Siete u ocho monarquías están presentes en la lista de los países donde se vive mejor, se satisfacen las necesidades de los ciudadanos y hay mayor transparencia y estabilidad”. Para la muestra, las escandinavas y la holandesa.
Popularidad y poder
El nivel de popularidad de las monarquías depende de hechos coyunturales y están muy relacionados con quienes la ejercen. Una de las reinas que goza de mayor simpatía, Isabel de Inglaterra, sufrió una crisis que ya superó. Fue en 1992, el que llamó annus horribilis (año horrible) por una serie de circunstancias adversas. Pero ahora cerca de un 70 por ciento de ingleses se pronuncia a favor de ella.
Algo similar sucedió en España. La popularidad del rey Juan Carlos se vio afectada por algunos hechos recientes, como su viaje a cazar en Botsuana en plena crisis y la implicación de su hija Cristina en problemas legales.
Abdicó en Felipe VI y, tras un año de reinado, la popularidad de la Corona vuelve a crecer. El rey actual sabe que no tiene el carisma de su padre ni la simpatía que él ganó por impulsar la transición de la dictadura y defender la democracia, pero decidió establecer como eje de su reinado la ejemplaridad.
“Es transparente, el primer servidor del Estado y la gente lo reconoce”, dice De Francisco. “Se gana día a día el respeto de los ciudadanos”. Y lo hace con gestos como haber quitado el título a su hermana (la infanta Cristina, duquesa de Palma hasta hace unos días). “Mientras sea útil no va a desaparecer, y aquí nos da unidad”.
España es un país con profundos sentimientos regionalistas. Sin embargo, sabe que tiene que cumplir con las funciones que le impone la Constitución para continuar en el trono. “La monarquía en una democracia siempre está en el punto de mira”, dice Gómez.
De esas funciones emana el poder del rey. “Tiene poder de arbitraje, por ejemplo, pero no político, entendido como la capacidad discrecional de adoptar medidas políticas”, explica.
Es difícil generalizar cuando se trata el tema presupuestario de las monarquías, porque se adoptan diferentes sistemas y varían los montos.
En todo caso, De Francisco señala que “una monarquía no es más cara que una república. El gasto de la presidencia de Italia o Francia es mayor que lo que cobra el rey en España, por ejemplo”.
Los costos de protocolo son igualmente similares. “Y la duplicidad de gastos en cuestiones como atenciones diplomáticas también se produce en las repúblicas, donde hay presidente y canciller o presidente y primer ministro”.
Monarquías actuales
“Filosóficamente se puede cuestionar la monarquía –si es lógico que haya un rey por haber nacido–, pero no se cuestionan las monarquías europeas actuales, mientras se adapten y sean útiles”, insiste Gómez. “Tienen futuro en la medida en que cumplen una misión, y la tienen como símbolo y continuidad del Estado”.
Las monarquías europeas son casi todas parlamentarias y constitucionales. En Bélgica está la del rey Felipe I (1960), que está casado con Matilde. Ellos son padres de la princesa heredera, Elisabeth (2001) y de otros tres hijos. Felipe I es el monarca desde que Alberto II abdicó en su hijo en 2013, presionado por el escándalo de una demanda judicial de una mujer que aseguraba ser hija ilegítima.