Filosofía, pregunta formulada por mariaisabelarauz96, hace 21 horas

critica de la antropología porfa​

Respuestas a la pregunta

Contestado por johanman4234
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Explicación:

pesar de haberse instaurado a principios del siglo XXI (Escobar 2003) el debate de la antropología postcolonialista y decolonial, tienden a obviarse y olvidarse las múltiples situaciones en que este puede darse. De hecho, recientemente se ha planteado que no solo se debe criticar la antropología que se produce en ciertos espacios académicos de Occidente, sino que esta tiene que abarcar también la que se hace desde las propias instancias de la colonización, tal como expone (Rivera 2010: 65).

La virtud del discurso post-colonialista permite entender tanto al colonizador como al colonizado desde un punto más crítico (Ben-Ari 1999: 382-409), lo cual era ya uno de los principales objetivos de transformación epistémica y ontológica en uno de los generadores de esta teoría, Franz Fanon (Fanon 1999), para quien romper las barreras entre colonizador y colonizado es precisamente luchar contra todo el sistema opresor y colonialista, surgido desde la modernidad europea.

En otras palabras, la lucha contra el colonialismo ya no se trataría solamente de asumir una cuestión política, sino en función de la crítica que produce. De esta manera, las miradas más postcoloniales en América Latina tienden a posiciones intermedias, un tanto porque se plantean lo que está ocurriendo en el seno de la antropología crítica, tanto más porque está en un momento de retornar a esclarecer lo ocurrido en su pasado reciente.

En este trabajo hemos planteado cuáles son esas posiciones intermedias con respecto a lo que algunos llaman la vocación crítica (Jimeno 2005: 43-65) y que en cualquier caso tiene que ver con dos miradas profundamente enraizadas: primero, la relacionada con las antropologías periféricas y las centrales; y, segundo, con la voluntad de la antropología más nacional de llegar a puntos de encuentro y compromiso con sus propias sociedades y objetos de estudio.

La antropología crítica tendría estas dos dimensiones que se complican en las respectivas miradas académicas y político-nacionales. En cualquier caso, no lo hemos planteado sino para entender todo esto dentro de unas miradas personales y etnográficas, tomándonos en cierta medida el discurso crítico (el ajeno y el propio) como parte del trabajo antropológico que realizamos al interior de ciertas comunidades. Somos deudores, en este sentido, de autores como (Esteban 2004), quien habla acerca de una etonografía encarnada o autoetnografía; o (Martin 1994), quien lleva a cabo un aprendizaje visceral; o (Wacquant 2006), quien expone acerca de una antropología carnal.

Hemos realizado trabajo de campo en lugares que, aparentemente, no tienen nada que ver: en Chile, en España, en Ecuador y en México. En cada sitio nuestra posición, la de los antropólogos foráneos y la del desarrollo de la propia antropología es bien diferente. Mientras que en Chile y en Ecuador la antropología es, relativamente, muy

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